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El alcalde de Llucmajor, Joan Jaume, manifestó ayer a Ultima Hora que la planta «digestiva» de vísceras y de cadáveres completos de animales, abierta en 2005 con permiso del Govern en s'Aguila, en las cercanías de la Marina del municipio, es «inaguantable», y «ante todo un problema sanitario de primer orden en el que ni el Ejecutivo balear ni el Consell quieren intervenir de manera decisiva».
Frustración
Joan Jaume explicó ayer a este diario que se ha sentido «notablemente frustrado» cuando Francesc Antich decidió hace unos días prescindir de la Conselleria d'Agricultura, «cuya titular era nuestra interlocutora para llegar a una solución basada en el sentido común respecto a la granja que cada día recibe decenas de toneladas de residuos animales y contamina no sólo el aire que se respira en kilómetros cuadrados de Llucmajor, sino también los acuíferos de la zona, y sin que ninguna de las administraciones supramunicipales aporte ninguna solución al respecto».
Para el alcalde de Llucmajor, la situación vivida en amplias zonas del municipio desde que le fuera concedida la licencia a la empresa que explota el almacenamiento y eliminación con lombrices de los despojos de los mataderos de la Isla para convertirlos en abono, «ha hecho de nuestro municipio un simple basurero, de cuya existencia todos cuantos tienen que ver con los despojos cárnicos están encantados».
El futuro inmediato de la reivindicación de miles de vecinos de Llucmajor y de cuantos componen la Corporación municipal se verá frenada, según el alcalde, por la asunción de las antiguas competencias de Agricultura en la Conselleria de Presidencia del Govern.
«Voy a pedir una reunión con el conseller Moragues -explicó Joan Jaume-, quien sin hacerme el adivino nos pedirá tiempo para estudiar la situación, y con ello desgraciadamente pasaremos otro verano con la tremenda pestilencia de esta planta y sus nefastas consecuencias medioambientales».