Ayer hubo propuestas para todos los gustos, dulces y saladas, y las más tradicionales, junto a las más innovadoras. | M. Joy - Marga Joy

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La historia de los últimos tres siglos de Sóller no puede contarse sin mencionar el cultivo de cítricos, cuyo comercio con Francia aportó al Valle una prosperidad económica sin igual a finales del siglo XIX y principios del XX. Últimamente, sin embargo, los vastos cultivos de frutales que llevaron el nombre de 'valle de los naranjos', están siendo abandonados de manera alarmante a falta de payeses que quieran cuidarlos. Y todo debido a los bajos precios de las naranjas de la Península, lo que hace que sea más barato importar los cítricos que consumir los propios.
Por ello, desde hace ya cuatro ediciones, la concejalía de Promoción Económica ha intentado implicar a hoteles y restaurantes locales para conseguir recuperar el prestigio de la naranja local que cuenta con unas propiedades culinarias muy especiales. Ayer, estos restaurantes y otros negocios tomaron parte en la Fira de la Taronja celebrada en la plaza Constitución, donde vendieron tapas de degustación a 1 y 2 euros elaboradas siempre con la naranja como ingrediente común.
Así, los negocios dieron a conocer parte de las propuestas culinarias que se ofrecerán en sus menús hasta el próximo 20 de junio. Quien quiera visitar el Valle contará con un billete especial que incluirá los viajes de ida y vuelta en tren y tranvía, además de un menú en cualquiera de los restaurantes adheridos a la promoción por 15 ó 20 euros. En la edición del año pasado, cuando se estrenó este formato, se sirvieron en total unos 5.000 menús en los establecimientos adheridos a las jornadas, lo que ha hecho que este año todos se decidan a repetir.
Cabe destacar que este año se han querido vincular estas jornadas de la naranja con la promoción turística «Sóller, bon dia», que ofrece ofertas especiales en hoteles de la zona.
Ayer se encontraron representados todos los sectores del Valle, ya que a parte de los hoteles y restaurantes que ofrecieron sus propuestas gastronómicas, estuvieron presentes también varios museos como el Museu de la Mar, Can Prunera o el Museu Balear de Ciències Naturals, que ofreció talleres para los más pequeños. Entre los puestos más visitados estaba el de la Cooperativa Agrícola de Sant Bartomeu, que arrasó con el clásico zumo de naranja.