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El Obispado de Mallorca mantiene paralizada la rehabilitación de la iglesia del convento de los Minims de Santa Maria, un bien arquitectónico de máximo interés cultural al que el paso del tiempo ha deteriorado gravemente y que necesita ser reformado con urgencia.
Aunque este periódico no consiguió ponerse en contacto -pese a intentarlo reiteradamente- con el vicario general Lluc Riera, que asumió personalmente el asunto, fuentes del Obispado manifestaron al respecto que «seguimos estudiándolo».
El conjunto arquitectónico del convento de los Mínims, que fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en 1962, es propiedad de la familia Conrado de Villalonga, pero el uso del templo está cedido a la Iglesia mientras el espacio se siga utilizando para el culto religioso. Esta parte, la iglesia, es la que se encuentra en un avanzado estado de deterioro: la humedad, las goteras y las grietas se han apoderado de ella.
Hace poco más de un año incluso se produjeron desprendimientos sobre el presbiterio, lo que obligó a instalar unas redes de protección. Las manchas de humedad son igualmente visibles en los muros de la nave central y en la sacristía.
Subvención
El Govern concedió una ayuda de unos 700.000 euros para rehabilitar el templo, pero la parte del dinero que debe aportar el Obispado sigue sin llegar. El proyecto de reforma también lleva años redactado.
La familia Conrado de Villalonga ha manifestado su intención de «facilitar al máximo» a la Iglesia la reforma del edificio, incluso «colaborando económicamente».