El animal encerrado en una jaula exhibe sus largas púas junto a un vecino.

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Los vecinos de Selva descansan tranquilos después de que durante cuatro meses un especial huésped tambaleara la calma que normalmente reina en el pueblo. Todo empezó en Navidad, cuando varios vecinos que disponen de residencia en la carretera que une el municipio con Mancor de la Vall otearon un ejemplar de puerco espín (roedor que en la espalda dispone de largas púas tóxicas que al sentirse en peligro erizan y mueven, y pueden lanzar a corta distancia), que se introducía dentro de sus fincas en busca de comida y cobijo.
Invasor discreto
Aunque el ejemplar no causó daños materiales, sí se enfrentó con varios animales de compañía que los residentes de Selva tienen en sus casas, y este hecho encendió la alarma entre los vecinos. Desde entonces varias personas y organizaciones se volcaron, sin éxito, en la búsqueda del animal que, presuntamente, sus propietarios abandonaron sin tener en cuenta las consecuencias. Y es que los puerco espines son difíciles de capturar porque actúan de noche, son muy discretos y se mueven constantemente y como animales exóticos e invasores que son pueden provocar incidentes con la fauna autóctona.
No fue hasta el pasado lunes cuando la astucia de una vecina consiguió acabar con las peripecias del animal, que mediante la ayuda de un perro, supo dónde descansaba y colocó jaulas con trampas para que no se escapara. En la actualidad el puerco espín, al que cariñosamente han bautizado como 'Tomeu', descansa en las instalaciones del Parc de Natura Puig de Galatzó.