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En Mallorca, antes de la llegada del turismo, existían unos 20 tipos diferentes de cereales de las denominadas variedades locales. Ahora la Associació de Varietats Locals de les Illes trabaja para recuperar la biodiversidad agrícola de nuestras islas, por esto se ha impulsado un proyecto con la colaboración del IRFAP y la Conselleria d'Agricultura, que ha permitido que este año ya se hayan sembrado en la isla.
Este hecho ha sido posible gracias a que en los años 50 el Centro de Recursos Fitogenéticos del INIA realizó una prospección de cereales en Balears, llevandose granos a Madrid, dónde se han conservado cereales cómo: blat (trigo) barba, blat barba blanc, blat valencià de canya buida, blat molla, blat grec, ordi (cebada) mallorquí, civada (avena) negra, civada rossa...
Estos cereales muy poco cultivados o ya desaparecidos fueron desplazados por las variedades de trigo 'forasteros', y por semillas de cereales híbridos, como el triticale, un concepto, este y el de los transgénicos antagónico al trabajo que realiza la asociación, también con otros productos como puedan ser los tomates de ramallet.