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La campaña de exportación de la patata primerenca ya ha empezado en los campos del municipio de sa Pobla. De hecho, algunos agricultores sacaron ayer los primeros tubérculos de la temporada, que previsiblemente se extiende desde finales del mes de febrero hasta el mes de junio.
La mecanización en los campos para recoger la patata permite agilizar el trabajo y hace ganar tiempo a los campesinos, que aumentan así el número de kilos entregados por jornada.
A pesar de las condiciones meteorológicas adversas con heladas, viento, lluvia e, incluso, con nieve este invierno, el gerente del portal Mateu Export, Joan Mateu, asegura que las patatas son «de calidad», puesto que cuando llegó la ola de frío a Mallorca las variedades de patatas destinadas a la exportación ya estaban sembradas. En cambio, la siembra de la cosecha del año pasado se retrasó debido al mal tiempo que impidió a los agricultores trabajar en el campo. «Después de una campaña muy problemática, ahora estamos preocupados por el desarrollo de este año», expresa Mateu, quien añade que sería «una irresponsabilidad» hablar del precio de la patata ya que que depende de varios factores.
En cuanto a los mercados de exportación, Reino Unido es uno de los destinos tradicionales de la patata poblera, aunque el mercado de los países escandinavos y la zona del Este de Europa también se imponen con fuerza en las previsiones de exportación. Desde el portal Mateu Export, expresan que «al final, quien tiene la decisión es el cliente» a la hora de la compra.
Cifras
Cabe destacar que el año pasado la exportación de la patata mallorquina cayó un 19%, según datos de la patronal Asaja Balears. En números, el sector exportó 19.693 toneladas de turbérculos por un valor de cerca de 9,683 millones de euros. Además, las ventas exteriores en los mercados principales descendieron por la devaluación de la libra, entre otras razones. Se trata de una de las peores campañas de los últimos cinco años en sus cuentas de resultados.
2009 fue un año de reivindicaciones y tractoradas de los agricultores de todo el sector que, en tiempos de situación de crisis generalizada, reclaman ayudas para subsistir durante la recesión.