Antoni Nicolau posó orgulloso con la vara de alcalde de Vilafranca. | Joan Socies

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La sala de plenos del Ajuntament de Vilafranca quedó pequeña para acoger a todos los que ayer quisieron recibir al nuevo alcalde, Antoni Nicolau (UM). Vecinos, amigos, alcaldes de pueblos vecinos y los máximos dirigentes de Unió Mallorquina, encabezados por Josep Melià y Joan Monjo, se dejaron ver en el pueblo y acompañaron Nicolau en el día en que fue nombrado alcalde por segunda vez en su vida, casi veinte años después de que lo fuera por primera vez.
No faltaron tampoco los ex consellers Miquel Àngel Grimalt y Catalina Julve, ni tampoco los alcaldes de Artà o Ariany, todos ellos de Unión Mallorquina. Nicolau es actualmente el único concejal de la formación en el Consistorio y tras las últimas elecciones municipales en las que Més Vilafranca y el Partido Popular consiguieron cinco concejales, el nuevo alcalde se convirtió en la llave de la gobernabilidad del municipio.
Once años
Hay que recordar que Més Vilafranca inició el mandato gobernando en minoría hasta que después Nicolau entró a formar parte del equipo de gobierno, y tal como se pactó, ayer él cogió la vara después de que Jaume Sansó haya ocupado durante once años la Alcaldía, primero con el PSM y desde este mandato, al frente de los independientes de Més Vilafranca.
Antoni Nicolau, empresario del sector cerámico, en su primer discurso tras ser elegido alcalde manifestó su satisfacción y muy especialmente «las ganas de hacer cosas por el pueblo». «Quiero ser el mejor alcalde y quisiera que quien me sustituya sea mucho mejor de lo que seré yo». En Toni Torretes, como se conoce en el pueblo al nuevo alcalde, además de referirse a la justicia, la prudencia y la templanza «a las que quiero ser fiel durante mi mandato», señaló los tres puntos claves de su gobierno: aprobar las Normas Subsidiarias, ayudar a mejorar la economía del pueblo y trabajar con la oposición en todos los proyectos que tengan que sobrepasar esta legislatura.
Nicolau quiso recordar que «hace veinte años, cuando yo era alcalde, un joven regidor de cultura (Jaume Sansó) me presentó un proyecto para el viejo teatro, un proyecto capital para el pueblo como los que desde ahora mismo quiero impulsar».