Aspecto paupérrimo del huerto de la finca Can Chinga, en Sóller. Foto: JOAN TORRES

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Entre el 60 y el 70 por ciento de los huertos de Sóller están abandonados; y entre el 10 y el 20 por ciento de los que aún se cultivan se encuentran en vías de abandono, según explica el presidente de la cooperativa agrícola de Sóller Sant Bartomeu, Jaume Orell. En este sentido, pone como ejemplo que mientras que hace 40 años la producción de cítricos del municipio era de unas 3.000 toneladas por temporada, actualmente los cítricos recolectados se han reducido a unas 1.000 toneladas.

Orell señala que de seguir así, «pronto no habrá naranjas de Sóller» y asegura que el paisaje tan característico de esta zona de la Isla está en peligro. Por ello, la cooperativa agrícola de Sóller Sant Bartomeu trabaja en el proyecto 'Capvespre', que consistente en la creación de un centro de investigación sobre la sostenibilidad del patrimonio y los recursos ecoambientales de la zona. En este sentido, la idea es utilizar la propia cooperativa para instalar salas culturales, en las que se recoja la tradición «de este pasado que dentro de poco ya no estará». Para ello, se utilizarán materiales gráficos y audiovisuales; así como objetos de la cooperativa.

El citado proyecto contempla que se realicen visitas turísticas al centro, con la finalidad de dar a conocer la gran riqueza paisajística y tradicional de Sóller. El objetivo que se persigue con esta iniciativa es que contribuya a que los huertos de la zona resulten rentables y no se abandonen.