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Ayer se presentó el tranvía número uno de la compañía ferroviaria de Sóller, que ha sido totalmente restaurado y renovado después de nueve meses de intensos trabajos realizado en los talleres de la empresa. La presentación de la unidad consistió en un sencillo acto en que participaron algunos empleados y durante el cual el director técnico del Ferrocarril, Miquel Socias, explicó los detalles de esta recuperación. Según Socias, el automotor había quedado arrinconado en las cocheras y desprovisto de alguno de sus elementos y, por lo tanto, no podía circular.

El año pasado la empresa se propuso, no sólo, recuperarlo por su valor histórico, sino renovarlo totalmente y equiparlo con la tecnología más moderna: GPS de posicionamiento, sistema automático de engrasado de ruedas y vías, torres de secado para evitar oxidaciones, etc. En cuanto a la restauración, ha quedado renovado en todos sus elementos originales: madera, barnices, los colores característicos de estas unidades que hacen que viajar en estos tranvías sea un auténtico lujo y un retorno al pasado, pero con las máximas garantías.

La unidad restaurada se construyó en los talleres de Carde y Escoriaza en Zaragoza en 1913. El diseño, supervisado por el mismo Jeroni Estades, era una mezcla de tranvías de Vigo y Valencia, con elementos importados de Chicago y Filadelfia. La madera, que debía haber sido de teca, fue finalmente de caoba. Las unidades costaron 10.000 pesetas cada una. La restauración que ahora se ha realizado ha supuesto una inversión de 100.000 euros. Con esta restauración, la compañía prevé en breve hacer una inversión en el tranvía para aumentar la capacidad de los convoyes y equipararla a la de los demás trenes. Por eso, pondrá en marcha un sistema que permita sincronizar electrónicamente dos automotores para que puedan arrastrar los coches suficientes para transportar a unos 300 viajeros.