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El alcalde Joan Cerdà (UM) teme que la zona portuaria pueda convertirse en una zona de ocio y por eso ha pedido a la directora general de Puertos del Govern que le presente un Plan Integral de Ordenación para evitar nuevas «sorpresas». El alcalde explica así su malestar con la actitud que hasta ahora había mantenido el Govern respecto a las obras que ejecuta en el Port y de las que asegura haberse enterado «por etapas». La adjudicación de una cantina construida sobre el antiguo vivero de langostas ha motivado ahora un nuevo enfrentamiento.

El alcalde explicó que «no estoy en contra de que se habilite un bar en concreto pero lo que no se puede consentir es que el puerto se convierta en una zona de ocio porque su uso tiene que seguir siendo fundamentalmente portuario». En este sentido confirmó que «cualquier actividad no portuaria que se desarrolle en la zona requiere de previa licencia municipal de actividades» e informó que el bar «todavía no ha obtenido la licencia». Por otra parte la concesionaria del citado bar, Maria Cifre, confirmó ayer que abrirá el establecimiento «en breve» porque ya dispone del permiso de Turisme.

Maria Cifre, madre de la secretaria de las nuevas generaciones del PP y esposa del guardamuelles, fue la única concursante en un proceso de adjudicación que había quedado desierto inicialmente por defectos de forma de todas las plicas candidatas. Pagará un canon anual de 6.000 euros a cambio de explotar la cantina y de mantener los baños, duchas y vestuarios que hay adosados. El nuevo establecimiento pretende ser un bar de categoría en el que se servirán snacks y pescadito frito. La concesionaria explicó que la adjudicación ha sido «totalmente legal» y mi hija no era todavía la secretaria de las nuevas generaciones del PP cuando me presenté».