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Los dirigentes de Palma de PP y Unió Mallorquina trataron ayer de circunscribir la crisis a Calvià y evitaron pronunciarse sobre las consecuencias de esta crisis en el pacto suscrito por PP y UM en el Consell y Parlament. El secretario general de los populares de las Islas, José María Rodríguez, aseguró que el PP mantiene un pacto con UM y no con el concejal que ha anunciado su marcha del partido, por lo que el PP le destituirá de todos los cargos ejecutivos que ocupa en la actualidad en el Ajuntament.

Los nacionalistas esperan a que el concejal anuncie su dimisión como concejal del Ajuntament para que el puesto sea ocupado por el siguiente de la lista. Los nacionalistas también consideran que, si el PP es fiel al Pacto, debería destituir al concejal de forma inmediata ya que ha dejado de pertenecer a UM por voluntad propia.

El partido de Maria Antònia Munar guardó un absoluto mutismo sobre lo sucedido en Calvià. Ni la presidenta de los nacionalistas ni los altos cargos de dirección política de UM quisieron hacer declaraciones oficiales. No obstante, sí se ha podido saber que ayer se celebró una comida a la que asistió la ejecutiva en pleno. En ella se abordó los sucedido en Calvià «desde la tranquilidad», según señalaron algunas fuentes.

En cualquier caso, hasta que no se conozca el resultado de la votación del pleno que se celebra mañana, en el que se debatirá la polémica recepción de la urbanización Nova Santa Ponça, los nacionalistas no tienen previsto hablar.

A partir del sentido del voto del concejal tránsfuga, los nacionalistas tomarán una decisión u otra. «Si el PP acepta los votos de un tránsfuga para gobernar habrá sobrepasado ciertos límites», aseguró uno de los dirigentes de UM consultados por este periódico. Los responsables de UM recordaron que el PP se debe al pacto con UM y no al posible acuerdo con un concejal tránsfuga.