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El alcalde de Manacor, Antoni Pastor, se comprometió con los trabajadores de la residencia a no firmar ningún convenio con la empresa que gestionará 48 de las 120 plazas que tendrá el nuevo edificio geriátrico hasta que los 35 actuales empleados lleguen a un acuerdo con la futura concesionaria para mantener sus puestos de trabajo. Los trabajadores, Antoni Pastor y el delegado de Servicios Sociales, Rafel Nicolau, se reunieron ayer con los trabajadores, a quienes explicaron los pormenores del proyecto que prevé el derribo de las actuales instalaciones y la construcción de un nuevo edificio.

La intención es que los interinos puedan mantener «al máximo» su lugar de trabajo y, en referencia a los fijos, se tratará de renegociar en qué condiciones se quedarán en comparación con su actual situación. Los trabajadores expresaron su malestar al alcalde y manifestaron su incertudumbre ante las diferentes noticias sobre la nueva residencia. Por otra parte, ALM-UM solicitará al alcalde la creación de una comisión técnica y política con el objetivo de que inspeccione la residencia y verifique el estado del edificio «después de que el alcalde asegurara en el pasado pleno que está en un estado 'ruinoso' y que no quiere mantener 'ni un día' más' ni a los internos ni al personal en su interior», explicó el portavoz de ALM-UM, Miquel Riera.

Este partido reclamará que la comisión esté integrada por un componente de cada partido político y dos técnicos, uno de servicios sociales y uno de arquitectura. «Si se confirma que la estructura y las instalaciones de la residencia están tan mal como ha asegurado el alcalde públicamente estos días, solicitaremos al Ajuntament que adopte de forma inmediata las medidas oportunas para garantizar la seguridad de los residentes y de los trabajadores». «Si por contra se demuestra que no es cierto este extremo, solicitaremos al alcalde que pida disculpas públicas por haber creado una alarma social», manifiesta Riera.