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Más abstenciones que votos a favor hicieron posible la aprobación del presupuesto del 2002. Gracias a que el grupo municipal popular, en la oposición, decidió abstenerse, la gestión municipal ha quedado desbloqueada. Por este acuerdo, ayer se pudieron aprobar los presupuestos que suben a 10.540.879'02 euros, con los cinco votos a favor del equipo de gobierno (PSM y PSOE), seis abstenciones del PP y los dos votos en contra de los dos ex ediles del PSOE, Eduard Servera y Antònia Ferrer.

El presupuesto ya se había presentado en abril pero no se pudo aprobar porque la oposición votó en contra. Antonia Ferrer solicitó que se retirasen los presupuestos o se dejaran sobre la mesa porque «hay una serie de defectos muy importantes como es que entre la memoria del alcalde y los presupuestos en una partida hay una diferencia de 66.110 euros, hay nueve documentos que no van firmados por el secretario y por eso consideramos que se han de solventar estas diferencias y llevar el presupesto al próximo pleno». Esta petición fue rechazada.

El concejal de Hacienda, Gerardo Ruiz (PSOE), restó importancia a las críticas: «Sólo se trata de defectos de forma».

El PP dijo que su abstención no suponía un cheque en blanco: «Controlaremos la gestión y esperamos que este mes de exposición pública se vayan ejecutando los proyectos».

Las inversiones suben a 2.758.799'89 euros y se puede destacar la remodelación de la plaza de Sant Joan o la reforma del campo de fútbol.