La torre del fuerte de Enderrocat dará paso al primer cinco estrellas de Llucmajor.

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CRISTINA ROS Un hotel rural de cinco estrellas, el primero de esta categoría en el municipio de Llucmajor, y una fundación cultural, bautizada como «Madina Mayurca», pondrán punto final al abandono progresivo del complejo militar fortificado de Cap Enderrocat, uno de los enclaves paisajísticos más atractivos y constructivamente más respetados de la Badia de Palma. Después de que, en los últimos años, diversas entidades políticas y sociales hayan denunciado el estado de progresivo deterioro del fuerte construido en 1899, abandonado por el Ejército desde hace poco más de un lustro, el paraje será objeto de una profunda rehabilitación y restauración para convertirse en un «fuerte» turístico cultural.

Precisamente, uno de los entonces denunciantes de este abandono, fue Antonio Obrador, como presidente de la delegación balear de la Asociación Española de los Amigos de los Castillos. Antonio Obrador, fundador y máximo responsable de Denario Arquitectura, será quien dirija el proyecto de rehabilitación de las dos fortificaciones que alberga el que fue complejo militar: de un lado, el fuerte de Enderrocat, que se convertirá en un exclusivo establecimiento hotelero de no más de veinticinco habitaciones y, del otro, la Batería Alfonso XIII, que será sede de la Fundació Madina Mayurca, entidad que promocionará actividades socioculturales, fomentará la rehabilitación del patrimonio histórico mallorquín y se erigirá en punto de encuentro de artistas de todas las nacionalidades.

El nuevo uso de Enderrocat supondrá el desembarco en la Isla del prestigioso restaurador catalán Josep Maria Boix, que será el responsable de la explotación y dirección hotelera, además de regentar personalmente la cocina del nuevo establecimiento, tal como hace en los restaurantes que llevan su apellido en Martinet y en el centro de Barcelona, y en su hotel Torre del Remei, en Bolvir de Cerdanya.

En el proyecto de restauración dirigido por Obrador, participarán los arquitectos Miquel Florit y Javier Aranguren, con la colaboración de los también arquitectos Gonzalo Sanz, Esther Garrido y Anna Torrens, y el arquitecto técnico Miguel García-Inés. En la restauración del enclave paisajístico, que contempla la repoblación de la fauna y la flora, colaborarán los biólogos Antoni Font y Miquel Frontera. Todo ello, siguiendo los criterios medioambientales de la bioconstrucción y de la utilización de energías alternativas, que controlará el reconocido ingeniero Ismael Caballero.