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Las Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paúl abandonarán la residencia Miquel Mir de Inca en los próximos meses. Aún no tienen fecha de partida ni destino, pero han recibido órdenes de la congregación para efectuar el traslado. Las obras de ampliación de la residencia Miquel Mir, paralizadas desde el pasado mes de noviembre por discrepancias entre la constructora Ferrovial y el Ajuntament, supondrán un notable incremento de la capacidad del centro, que hoy cuenta con 32 residentes internados.

La madre superiora, sor Catalina Morey, sor Catalina Sansó Riera y sor Margalida Arbona son las tres únicas empleadas en la residencia que permanecen en el lugar durante la noche, mientras el resto del personal parte a sus casas. Las tres monjas no se sienten capacitadas para atender ellas solas a más residentes en el hipotético caso de que la ampliación de la residencia se consume. Por ello, y ante la dificultad para encontrar nuevas monjas que se unan a sus tareas, la congregación ha decidido trasladarlas.

Sor Catalina Sansó es la monja que más tiempo lleva en el lugar. Vive en la residencia desde el año 1986 y hace once años llegó la madre superiora, Catalina Morey. Margalida Arbona se unió a ellas hace tan sólo año y medio. Aunque actualmente el centro cuenta con treinta y dos residentes, en otras épocas ha llegado a estar ocupado por 45 personas. La futura ampliación apunta a que esta última cifra podría aumentar.