Denuncia

Contenedores abandonados en Son Rapinya: 4 años tapando la vida de Olaya, una anciana con discapacidad

Una instalación provisional se ha convertido en un problema permanente que afecta la calidad de vida de una vecina muy querida del barrio

Imagen de los contenedores justo delante de la planta baja en la que reside Olaya | Foto: UH

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Hace cuatro años, con la reforma de la placeta donde se ubicaban los contenedores, estos fueron trasladados provisionalmente a la calle Llac Quatre Cantons, número 32, en Son Rapinya. Sin embargo, lo que debía ser una solución temporal se ha convertido en un abandono prolongado que afecta directamente a una anciana con discapacidad psíquica que vive en el bajo justo detrás de los depósitos.

«Los contenedores tapan la visión de esta anciana de 80 años que vive aquí abajo. La señora se llama Olaya y tiene una minusvalía psíquica. Es una vecina muy conocida y querida, todo el mundo la ayuda, pero los contenedores le afectan mucho», explica Cristina Tomàs, vecina de la zona.

A pesar de que Emaya, la empresa municipal de limpieza, asegura que ha recibido reclamaciones, la realidad es que no se ha tomado ninguna medida efectiva. En esta misma calle ya existen cinco contenedores más, y la situación se ha saturado sin que las autoridades gestionen una rotación o reubicación adecuada.

Cristina Tomàs añade una teoría que podría explicar la resistencia a reubicar los contenedores: «Yo tengo la teoría de que alguien se ha ido a vivir allí —de Emaya—, y ha presionado para que no se vuelvan a instalar donde estaban en un principio, tal y como prometieron cuando se iniciaron las obras de reforma de la plaza».

Imagen de los bancos en la placita donde antes se encontraban los contenedores.

«Desde Emaya se lavan las manos y no responden. He hablado con trabajadores que intentan ayudar, pero desde arriba no hay voluntad de mover estos contenedores, que debían ser provisionales y llevan ya cuatro años aquí, desde el anterior Govern», añade Cristina Tomàs, quien reclama más sensibilidad y acción inmediata.

Los vecinos, especialmente aquellos cercanos a Olaya, lamentan la falta de respuesta y la sensación de abandono institucional. La instalación fija de estos contenedores no solo obstaculiza la visión y la movilidad, sino que también aísla a una persona vulnerable que necesita apoyo constante.

Esta situación es un claro ejemplo de cómo una gestión deficiente puede convertir una medida temporal en un problema social que afecta a los más necesitados. La comunidad espera que las autoridades municipales actúen con urgencia para devolver la dignidad y la calidad de vida a Olaya y al barrio de Son Rapinya.