CONFLICTO LABORAL

Emaya firma la paz con uno de los sindicalistas despedidos, al que pagará 225.000 euros

Este antiguo empleado tiene pendiente un juicio por coacciones a otros trabajadores y se intuye que la empresa retirará su acusación

Vehículos oficiales de Emaya, en las instalaciones de Son Pacs

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Emaya entierra el hacha de guerra con uno de los sindicalistas de USTE despedidos por denuncias de acoso laboral, con el que mantenía abiertos diversos litigios. La empresa municipal reconoce el despido como improcedente y acepta pagar una indemnización de 225.000 euros. Con esto ambas partes dan por extinguida la relación laboral.

Emaya había perdido el juicio por el despido y se veía obligada a readmitir al trabajador. Recurrió la sentencia pero ahora desiste de ese recurso. El Tribunal Superior de Justicia (TSJIB) ya ha homologado el acuerdo.

En paralelo siguen abiertos otros procesos, también por la vía penal. Entre ellos, un juicio donde este trabajador está acusado de coacciones a otros empleados. Emaya pedía una condena de dos años de cárcel por delito contra la integridad moral pero ahora se intuye que retirará su acusación. Eso no impide que el juicio se celebre, porque también están personadas las víctimas del acoso y también está coacusado otro sindicalista. Igualmente, se abrió también una causa por revelación de secretos.

El regidor de Medi Natural, Llorenç Bauzá, aseguró en el pleno del pasado septiembre que agotarían la vía judicial. Entre otros aspectos destacó que en la sentencia recurrida el juez había dado por probados 58 hechos muy graves atribuidos a este trabajador.

Por eso este acuerdo supone todo un giro en la estrategia judicial de Emaya. El haber perdido todos los procesos hasta la fecha es de hecho la principal razón para tomar esta decisión, para mitigar los riesgos para la compañía. Fuentes de la empresa aseguran que una nueva sentencia desfavorable podría haber desembocado en una indemnización mucho más alta (400.000 euros). Las mismas fuentes expresan que la voluntad de la empresa es proteger la paz social entre la plantilla (por lo complicada que hubiera resultado la readmisión de este trabajador, dados los antecedentes) y pasar a centrarse en la gestión de Emaya. El acuerdo procesal se les presentaba, en ese sentido, la manera más ágil de dejar atrás este espinoso asunto. Con todo, este acuerdo no ha pasado por el Consejo de Administración.