Barrios de Palma

Cort, el corazón de Palma que no escapa al colapso durante la temporada alta

La barriada a la que da nombre la plaza en la que se ubica el edificio y la sede del Ajuntament es uno de los enclaves más visitados de la ciudad

Imagen de la fachada del Ajuntament de Palma, en la Plaça de Cort | Foto: F.F.

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La Plaça de Cort es el epicentro administrativo y emblemático de la capital mallorquina. La presencia allí de la sede del Ajuntament de Palma, el imponente edificio que sirve también de reclamo turístico para los miles de turistas que, al igual que en el resto de zonas del centro de la ciudad, pasan por allí e invaden sus calles. Y terrazas, que en algunos espacios de la ‘zona cero’ del barrio hacen complicado poder moverse, más en las horas punta del paso de visitantes, que se concentran con la llegada de cruceros.

Tras la zona de la Seu y Dalt Murada, lo siguiente que encuentran los turistas en temporada alta es Cort, que sirve además de reclamo por la monumentalidad del edificio del consistorio, además del adjunto del Palau del Consell de Mallorca.

Panorámica de la Plaça Major de Palma. Foto: F.F.

Siendo la movilidad compleja por las limitaciones y restricciones, la línea del centro de la EMT es una alternativa para los vecinos, que sufren la masiva presencia de visitantes en temporada alta, sumada a la aparición de nuevos establecimientos hoteleros de lujo en la zona que atraen a más visitantes, sin dejar de lado otro asunto que está sobre la mesa y es foco de polémica en diferentes zonas, cada vez incluso más en la periferia de Ciutat, como es el alquiler turístico, que forma ya parte indisoluble de la postal palmesana.

Limpieza

Los vecinos de la zona de Cort aseguran que la presencia de efectivos y personal de Emaya está a la altura, aunque lo que no se puede controlar es el incivismo que comparten como problema con otras barriadas del centro, plasmado en grafitis y malos olores que son consecuencia de las malas formas de quienes hacen sus necesidades en la vía pública, más en espacios apartado de los más transitados.

Turistas descansando en la Plaça de la Pescateria. Foto: F.F.
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A nivel de infraestructuras, lo que llama la atención de los residentes, e incluso de los palmesanos que no lo son, es el mal estado del pavimento en la misma Plaça de Cort. No el adoquinado tradicional que pasa ante su fachada, sino el que conecta con la cuesta de Santo Domingo o las calles Jaume II o Colom.

Coste

El precio de la vivienda, más en un espacio tan céntrico y privilegiado, aleja a los residentes locales, a excepción de los propietarios de toda la vida, que no esconden la presencia de atractivas ofertas por parte de inmobiliarias y aspirantes a adquirir una vivienda a un precio que no resulta nada asequible, haciendo que la posibilidad de comprar o alquilar se convierta en todo un lujo para las familias, que no cuentan con espacios para los más pequeños de la casa, que deben trasladarse hasta el Parc de la Mar o la zona próxima a Sindicat para poder encontrar un lugar de esparcimiento.

El campo de la seguridad es otro punto de atención importante, más por la alta cifra de turistas que pasan por el barrio y que se convierten en foco de atención para carteristas y demás perfiles de delincuentes que se suman a la marabunta humana que rueda por esas calles y plazas. La presencia del Ajuntament de Palma en Cort permite tener una presencia fija allí, a la que se suman efectivos de la Policía Nacional que se suman a los de la Local en las rondas por la barriada.

Iglesia y Plaça de Santa Eulalia. Foto: F.F.

Patrimonio

Por encima de todo, Cort es una barriada que, además del componente administrativo y burocrático, posee una carga patrimonial, cultural e histórica de primer nivel. Un buen puñado de sus calles y plazas (Pescateria, Carnisseria, Vidrieria...) recuerdan el pasado y lo que allí acontecía décadas o siglos atrás.

Además de Cort plazas como la Major, Marqués de Palmer, del Rosari o Santa Eulalia conforman el perímetro de este barrio, en el que las calles comerciales ocupan un espacio importante, produciéndose otro fenómeno similar al de barrios próximos, aunque en este caso el desplazamiento del comercio tradicional no viene a cargo de franquicias y grandes marcas, sino por parte de negocios centrados en el turismo o, también, en el nuevo perfil de residente o visitante extranjero. Palacios y casas señoriales (Can Vivot) o edificios emblemáticos (Can Forteza Rey) son otros de los atractivos, junto a iglesias que abren sus puertas al turismo también.