PROBLEMÁTICA

Vecinos de la Porta de Sant Antoni, contra la ocupación de portales por parte de sintecho

La presencia de indigentes y traficantes altera la vida de residentes y empleados

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El hartazgo entre los vecinos de la zona de Sindicat ha llegado a su límite. El portal de la calle Porta de Sant Antoni del número 67 tiene varios ‘inquilinos’ que están provocando problemas de insalubridad y de civismo, además de ser un auténtico drama social que va en aumento. Y a todo esto, advierten los denunciantes, se suma el que se ha convertido en un tema de seguridad que podría poner en riesgo la vida de los vecinos.

Desde hace ya muchos meses, incluso años, un conocido sin techo del barrio ha elegido este céntrico portal para convertirlo en su vivienda. A veces acuden otros indigentes, incluso alguna familia con algún joven. El problema, dicen los afectados, es que los trastos bloquean las puertas de entrada al portal y la salida de emergencia del párking subterráneo.

Una pequeña construcción de cartones hace las veces de infravivienda en el centro de Palma. A esto se suman todos los enseres que hay en este campamento improvisado en el portal, lo que impide entrar y salir a los que acuden a las diferentes oficinas que hay en este edificio. Los usuarios del aparcamiento subterráneo se ven incluso obligados a abrir a la fuerza la puerta hacia el exterior mientras arrastran las pertenencias que se hayan colocado delante.

Antonio Bosch, administrador de esta finca, afirma que el malestar entre los afectados es insoportable. «Nos encontramos con maletas, construcciones de cartón, colchones que han arrastrado hasta aquí para dormir e incluso hasta un sofá», denuncia Bosch.

Uno de los indigentes guarda sus pertenencias en maletas que luego ata a las señales del barrio
Uno de los indigentes guarda sus pertenencias en maletas que luego ata a las señales del barrio | Foto: Pere Bota

Una vecina que tiene alquilada una de estas plazas de aparcamiento asegura que incluso pasa miedo cuando viene con sus hijos, de corta edad. «Yo entiendo que tienen un problema social, que ellos no se encuentran bien, que la vivienda está imposible... Pero es que yo paso miedo cada vez que intento acceder a mi coche o intento salir del párking». El temor es tal que esta residente advierte que «el día que haya un incendio no podremos salir de aquí porque las puertas están bloqueadas desde fuera por este asentamiento».

el portal siempre está ocupado
El portal siempre está ocupado

Por su parte, Bosch advierte que la situación con las autoridades es kafkiana. «Hemos puesto denuncias a la Policía Nacional, que nos dice que es un tema de la Policía Local y éstos nos dicen que tendríamos que llamar a Servicios Sociales, que a su vez nos vuelven a remitir a la Policía Local. Y éstos nos reenvían a Emaya. Nadie nos hace caso». Hasta en Google Maps aparece el sin techo que acampa en este portal.

El panorama, dicen residentes y trabajadores, es desolador. A los restos de enseres del número 67 de la Porta de Sant Antoni, se le suman vómitos, heces humanas e incluso restos de sangre tras producirse alguna pelea. «El perfil de las personas que duermen aquí es el de traficantes», aclara Bosch. El tráfico de estupefacientes sigue activo en la Porta de Sant Antoni, mientras se incrementa el número de personas que ejerce la prostitución o los sin techo que pasan el día en este enclave o en el párking de la plaza Comtat del Rosselló.

Cartones y colchones bloquean las salidas de emergencia
Cartones y colchones bloquean las salidas de emergencia | Foto: Pere Bota

«La única opción que nos han dado es colocar verjas», dice Bosch. La arquitectura hostil parece la única solución para un problema social e institucional.