SINHOGARISMO

La basura y un nuevo asentamiento reaparecen junto a la Vía de Cintura

El espacio fue despejado por Emaya y vuelve a ser tomado por varios sintecho, que amontonan residuos en uno de sus rincones

Imagen de los restos de basura, ropa y demás desechos depositados en el solar | Foto: F.F.

TW
25

El espacio ubicado al pie de la vía de cintura, a apenas un metro del asfalto, y en las proximidades de un centro comercial, además de bajo el acceso que conecta la barriada de Camp Redó y Palma con el hospital de Son Espases, empieza a recuperar el triste aspecto que meses atrás presentaba y que llevó a la intervención de Emaya para evitar incendios durante el pasado verano.

Porque la presencia de varios indigentes en la zona, de manera permanente un grupo y esporádicamente algunos deambulando por el entorno de un parque próximo, ha supuesto el levantamiento de un pequeño asentamiento en uno de los flancos del solar, en el que aparecen un par de camas improvisadas, una hamaca, una mesa y algunas sillas.

Todo ello, entre los residuos que se han ido acumulando a lo largo y ancho del solar, en cuya superficie pueden observarse, principalmente, latas de cerveza y cartones de vino que adquieren en un espacio comercial ubicado a unos pocos metros, y en el que preocupa que esta personas sin hogar puedan molestar a sus clientes y que esa insalubridad que empieza a ser evidente provoque de nuevo la aparición de roedores.

Pero lo que ya llama poderosamente la atención es la cantidad de restos de muebles, ropa, botes y demás enseres que han tomado una parte del solar, la que está protegida con un murete y resulta menos visible desde el aparcamiento del centro comercial, aunque sí desde el acceso por la vía de cintura hacia la carretera de Valldemossa, por el que diariamente circulan miles de vehículos que son testigos de este asentamiento al descubierto y que vuelve a convertirse en un pequeño vertedero a pocos metros del improvisado dormitorio que han levantado dos sintecho.

Al otro costado, un colchón sucio y en estado de posible abandono sirve de testimonio de una ocupación humana que semanas atrás se podía atestiguar, aunque dicen los que se mueven por la zona que se trata de una persona cuya familia vive cerca de ese enclave de Camp Redó y cuya presencia es intermitente.

Ante la llegada del verano y las altas temperaturas, tanto los vecinos como los responsables del centro comercial cercano reclaman de nuevo que, bien Emaya o el Consell de Mallorca -encargado del mantenimiento de las carreteras- procedan a la limpieza y vallado del recinto para evitar nuevas incursiones.