PROTESTA

Las lágrimas de una madre en Cort por las trabajadoras de las escoletas: «No llegan a fin de mes, tienen que ir a servicios sociales»

Las educadoras externalizadas acuden al pleno del Ajuntament de Palma

La mujer, durante su intervención en el pleno por la situación de las escoletas | Foto: M. À. Cañellas

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Las educadoras de las escoletas externalizadas se han apoderado del salón del pleno del Ajuntament de Palma, a donde han llevado su reivindicación de igualdad salarial en medio de una huelga que ya dura 35 días. El cansancio hace mella en el ánimo de las trabajadoras, muchas de las cuáles han llorado en el pleno. Una madre de la escoleta de Son Ferriol ha tomado el turno de palabra y, entre lágrimas, ha advertido de las penurias que pasan estas trabajadoras de escoletas municipales externalizadas, que apenas cobran 1.200 euros, y que, después de 35 días de huelga, este mes no cobrarán. «No llegan a final de mes y tienen que recurrir a servicios sociales. Están sufriendo unos servicios mínimos abusivos y estas personas están cansadas, heridas y vacías», dijo una de las madres que acudió este jueves al pleno para reclamar la igualdad salarial para las trabajadoras de las escoletas externalizadas.

«Dejad de utilizarnos como herramienta conciliadora. Toda la formación de las educadoras se paga, no es gratuita», ha señalado una de las trabajadoras ante el micrófono. Otra de ellas se ha dirigido directamente a los concejales: «¿Cuántos de ustedes tiene aquí hijos de cero a tres años?. ¿Cuántos de aquí cobran 1.200 euros sin pagas extraordinarias? ¿Cuántos de aquí tienen la nevera pelada? Aquí no hay empatía», ha manifestado.

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Una de las trabajadoras que es servicio mínimo y lleva más de un mes en huelga ya ha hecho cálculos de lo que cobrará en la nómina de abril: «Creo que menos de 100 euros, porque trabajé tres días en la escoleta de Son Ferriol». Sin poder cobrar y sin ahorros debido a una nómina tan exigua, Cristina señala que recibe ayuda de «mis compañeras y mi marido. Con lo que nos quede, miraremos de pagar la hipoteca, el préstamo y ya comeremos. Mi madre, mi tía, mi suegra y mi cuñada me llenan la nevera de tuppers. Esta huelga ya ha supuesto que nos quedaremos sin vacaciones el el pueblo, en Terrinches (Albacete). Y todavía le debo 600 euros al mecánico».

En una de las performances que organizaron en la plaza de Cort para protestar por sus salarios, se colocó un carrito de la compra para que los simpatizantes llevaran comida a las educadoras que estaban en huelga. Cristina aseguró que «he tenido que recurrir a parte de esa comida, como mis compañeras». Las estrecheces son aún más duras después de un mes de movilizaciones.

María Casanovas, la madre que salió a hablar ante el pleno en nombre de las familias de las escoletas, advirtió que «hay mamás que han pedido reducción de jornada y otras que teletrabajan y se turnan para llevar a los niños. Cuando dejas al niño en la escoleta lo haces con sentimiento de culpa porque ellas están en huelga y tú les apoyas». Casasnovas asegura que los padres se solidarizan con las educadoras. «Yo también soy madre y veo lo que viven. Tienen que pedir ayuda a los servicios sociales. Es que no se puede vivir así. Empatizo mucho con ellas, con eso de no llegar a final de mes. Es un estrés y no puedes ser feliz. Si sé que están sufriendo, no trabajo tranquila. Ellas necesitan una vida digna, ahora no pueden tener vacaciones ni un coche». Y lanzó un mensaje a los políticos: «Si quieren que tengamos hijos y trabajemos, necesitamos que el cuidador esté pagado y reconocido».