PROYECTO

Un nuevo paseo de la Playa de Palma: la apuesta de Palma Beach para revitalizar la primera línea

La entidad presenta al Ayuntamiento una propuesta para recuperar arena, revalorizar los balnearios y mejorar los espacios

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Un paseo más moderno, funcional y estético. Palma Beach, una iniciativa formada por empresarios de distintos sectores del ámbito turístico, sueña con una Playa de Palma mejor y este viernes ha presentado su propuesta de remodelación integral para la primera línea: el 'Paseo de Playa de Palma', un proyecto que presentó al Ayuntamiento ya en febrero y que, razonan, podría impulsarse a través de los fondos del Impuesto de Turismo Sostenible. El proyecto plantea una redistribución de la arena con una alternativa a los muretes y la posibilidad de plantar más palmeras, así como reconvertir algunos de los balnearios en equipamientos útiles para la ciudadanía.

Los emprendedores de Palma Beach apuntan que el Ayuntamiento tiene una oportunidad de oro aprovechando que ya se están desarrollando las obras del colector de aguas pluviales de la zona, que se alargarán hasta diciembre de 2025. Un momento apropiado para «optimizar recursos, evitar duplicidades en futuras intervenciones y minimizar las molestias para vecinos y visitantes». «Tenemos una propuesta consensuada, realista y necesaria. Creemos que puede ser una gran oportunidad», ha declarado Mika Ferrer, CEO de Palma Beach.

Contención de la arena

Tras el derribo de un tramo de muretes, hace unos meses se hablaba de las fórmulas para contener la arena, y el Paseo proyectado aborda esta cuestión. De hecho, desde Palma Beach expresan su preocupación por la pérdida progresiva de arena del litoral, «un fenómeno que afecta directamente a la imagen y funcionalidad de la playa».

La solución propuesta es una redistribución del perfil de arena hacia el interior del paseo, con el fin de recuperar metros de playa y consolidar un nuevo límite más estable, eficiente y respetuoso con el entorno. En lugar del actual muro, se instalaría otro elemento de contención con una mejor integración paisajística. En las recreaciones virtuales se aprecia un cerramiento de madera, más estético, que permitiría «reducir así el vandalismo, el botellón y la acumulación de residuos».

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El proyecto también propone sustituir los parterres actuales por franjas de arena natural. Desde Palma Beach argumentan que estos elementos que gestiona Mar de Mallorca actualmente están «deteriorados, con elevado consumo de agua y escaso mantenimiento». «Permitiría una importante reducción del gasto en riego, maquinaria y personal, además de mejorar la coherencia visual del entorno. Como complemento, se propone incorporar palmeras en esa nueva franja de arena, reforzando el carácter mediterráneo del paisaje», apunta Mika Ferrer.

Nuevos usos para los balnearios

Otra de las cuestiones que afronta el proyecto son los balnearios, unas estructuras (también gestionadas por Mar de Mallorca a día de hoy, con una concesión prorrogada hasta noviembre) que se quieren revalorizar. Palma Beach censura que se encuentran «en estado de abandono, con una imagen obsoleta y sin un uso definido», y propone soluciones para hacerlos 'renacer'.

En concreto, plantea convertir algunos de estos espacios en «servicios útiles para residentes y visitantes», como centros para mayores, espacios de promoción cultural, instalaciones sanitarias, puntos de información o zonas de alquiler de material deportivo.

«Los balnearios tienen un gran potencial si se reinterpretan con visión de futuro. En lugar de estructuras sin vida, podríamos tener centros que aporten valor, actividad y utilidad real a la playa. Lo que no tiene sentido es mantener un modelo de hace 50 años cuando Playa de Palma ya cuenta con una amplia oferta complementaria», ha explicado Ferrer.

Desde Palma Beach remarcan que la propuesta no es solo una iniciativa empresarial, sino una apuesta de ciudad, consensuada con patronales turísticas, comerciantes y asociaciones vecinales. «Nuestro deseo es que este proyecto forme parte de una estrategia compartida de colaboración público – privada, a través de fondos que existen, precisamente, para compensar el impacto del turismo y revertirlo en mejoras tangibles para la comunidad y el medio ambiente, y esta es una de ellas», concluye Ferrer.