OKUPACIÓN EN MALLORCA

Atrincherados en el Sorrento: un grupo de refugiados ucranianos se niega a abandonar el antiguo hostal

La propiedad del edificio, que lo cedió al Govern para acoger a esas personas al estallar la guerra, lucha en los juzgados para recuperarlo, reformarlo y destinarlo a su labor social

Imagen del antiguo Hostal Sorrento, en la barriada de La Soledat | Foto: F.F.

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Un grupo de refugiados ucranianos que llegaron a Mallorca al estallar la guerra en su país sigue atrincherado en el edificio del emblemático Hostal Sorrento, ubicado en la calle Manacor, dentro de la barriada de La Soledat. Pese a que el plazo para abandonarlo expiró tiempo atrás, apoyándose además de una sentencia judicial que les absuelve por no desalojar en tiempo y forma las habitaciones (en total hay 32 en el antiguo establecimiento, cerrado en febrero de 2021 por la jubilación de sus dueños) en las que se han instalado, su presencia se ha convertido en parte del paisaje, e incluso en un enigma para los vecinos de la zona, muchos de los cuales siguen preguntándose quiénes son y qué hacen allí.

El edificio es propiedad de Amadiba -Asociación de Madres y Padres de Personas con Discapacidad de Mallorca-, que lo adquirió con el fin de reformarlo y habilitarlo para dar salida a las necesidades de sus usuarios. Lo hizo a través de una línea de ayudas del Govern y por diferentes razones se retrasó el inicio de las obras de reforma, un hecho que acabó siendo crucial para entender el presente.

Entre medias, en febrero de 2022, estalló el conflicto armado entre Ucrania y Rusia y la llegada de refugiados del primer país hizo que el Govern, a través de la Conselleria d'Afers Socials, buscara emplazamiento para estas personas. Se decidió ceder el Sorrento con ese fin desde mayo de 2022, finalizando ese acuerdo el pasado 30 de junio de 2023. Pese a ello, cuatro adultos y otros dos menores se negaron a abandonar el antiguo hostal -el resto aceptó las diferentes alternativas propuestas-, por lo que los propietarios optaron por denunciarles al ocupar el edificio sin autorización alguna.

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Okupación singular

Los que podrían ser considerados okupas del Sorrento residen allí desde octubre de 2022, haciendo caso omiso a la petición de la propiedad, que intenta recuperar el bloque por la vía judicial. Los cuatro adultos fueron absueltos de un delito leve de usurpación, sosteniendo la sentencia que los dueños del edificio debían acudir a la vía civil para recuperarlo. En ese largo proceso están, mientras los residentes en la zona sospechan que ya puedan ser más las personas que residen en el antiguo Sorrento, en cuyo acceso principal se observa todavía el cartel de obras instalado antes de su cesión, además de varios de los bienes de los okupas.

«Vemos entrar y salir gente a todas horas. Es raro y no me extrañaría que fueran más...», asegura una vecina que reside a pocos metros del otrora hostal, hoy cerrado y en manos de este grupo de refugiados ucranianos que se ha hecho fuerte en su interior, pese a no contar con la autorización de la propiedad. Insinúa, además, que no descarta que hayan subarrendado otras habitaciones, más allá de las que ocupan.

Última Hora pudo hablar con una de las mujeres que reside en el Sorrento, quien esquivó todas las preguntas y, únicamente, aseguró que era Amadiba la propietaria del edificio, subiendo rápidamente por las escaleras para evitar más cuestiones que pudieran incomodarle.

«El caso que nos ocupa no merece reproche penal puesto que los denunciados ostentan y han aportado al procedimiento un título que les habilitaba a residir temporalmente en el hostal Sorrento», indicaba la jueza en la sentencia que les absolvía y complicaba un poco más la recuperación por parte de la propiedad de un edificio emblemático en la zona de La Soledat y que Amadiba quiere reformar para contar con un mayor número de espacios y plazas para sus usuarios. De momento, la siguiente batalla de la asociación pasa por recuperar y poder acceder.