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El Antic Es Vinyet, en el Ponent de Palma, busca voluntarios para salir del olvido

Barrios como Son Rapinya, son Serra o Son Roca surgen de antiguas possessions de extramuros

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El antiguo Vinyet de Palma lucha por sacudirse la capa de olvido que hace siglos lo ha mantenido oculto. El Ponent de la ciudad, a las afueras de las murallas, acogía grandes extensiones de viñedos. Por algo era conocido como Es Vinyet, frente a las Hortes d’Avall y d’Amunt, destinadas a surtir de verduras a Ciutat.

Las antiguas possesions de Son Rapinya, Son Serra, La Vileta, Son Roca, Son Moix, Son Flor, Son Peretó, Son Vida o Son Quint se encontraban en los territorios de las viñas de Palma se convirtieron en las populosas barriadas que conforman el municipio.

A principios de octubre está prevista la celebración de las primeras jornadas de estudios locales del Antic Vinyet de Palma- Districte de Ponent. Las jornadas coincidirán con una exposición de fotografías antiguas de las comarcas que estarán expuestas a lo largo de un mes. Y la organización está a la caza y captura de aportaciones que arrojen algo de luz al Antic Vinyet, ya sea en materia de historia, sociología o arquitectura, relacionada con la memoria de la zona.

Pep Pomar, junto a Pep Llodrà, están iniciado la organización de estas actividades. «El Antic Vinyet estuvo vigente hasta principios del siglo XVIII. Proveían de uva y vinos a la ciudad gracias a todas las fincas de la zona», cuenta Pomar. El primer núcleo urbanizado del Vinyet data del siglo XVIII y corresponde con lo que se conocía como Es Serral o Es Patatí de Sa Vileta. A partir del siglo XVIII y en el XIX, se pasó al cultivo de olivo, almendro y algarrobo, «tal vez por una plaga que sufriera en aquella época la viña». Ya a principios del siglo XIX las tierras se empezaron a parcelar y urbanizar para acoger a los trabajadores rurales de las possessions, las minas de yeso de la zona y la construcción. «Las mujeres trabajaban en las fábricas de Santa Catalina o Son Espanyolet», explica.

«En ese momento empiezan a nacer los establiments, nuevos asentamientos de población como La Vileta, Son Serra o Son Rapinya», explica Pomar. Y lo curioso es que pueden alcanzar hasta los 600 habitantes cada uno de ellos, alimentados de «población autóctona de pueblos como Puigpunyent, Andratx o Estellencs, que están relativamente cerca».

Mientras crecía la población rural a extramuros de Ciutat, a mediados del siglo XIX también comenzaba a expandirse las residencias de verano de los palmesanos. «En ese momento predominaba la visión higienista ante la ciudad cerrada, con edificios muy apelotonados. Es una corriente que se desarrolla ante la proliferación de epidemias de cólera o fiebre amarilla», explica el experto.

Ante la necesidad de respirar aire puro, los palmesanos necesitan un refugio en el campo. Esas residencias seguirán vigentes y de moda hasta el siglo XX, con veraneantes en Son Rapinya, La Vileta, Son Serra o Son Roca, «donde había casas muy bonitas y mucha personalidad».

En Es Vinyet se entremezclan y conviven veraneantes de Ciutat y trabajadores de las tierras en invierno. Sin embargo, esta dinámica se rompe a mediados del siglo XX y la explosión del boom turístico, que requiere de mano de obra foránea. «A la zona empieza a llegar mucha inmigración, especialmente de Jaen, que recalan en Son Serra, La Vileta, Son Rapinya o Los Almendros», explica Pomar.

Los barrios crecen y los antiguos terrenos de Es Vinyet empiezan a cubrirse de calles y edificios para acoger a los forasteros. Y en esta transformación radical algunas possesions caen, otras consiguen sobrevivir como las de Son Muntaner, Son Flor, que es de propiedad municipal, o Son Pugdorfila. Son Vida al final se ha convertido en un conocido hotel de lujo y Son Quint, que se encontraba a la entrada del actual barrio de Son Rapinya, cayó en 1969. «La transformación urbana arrasó con todo. La possesió de Son Quint se tenía que haber protegido pero no pudo ser», lamenta Pomar.

Ahora es momento de recordar. Las jornadas del Antic Vinyet agruparán mesas temáticas con varios ponentes. Cualquier persona puede presentar propuestas, cuyos contenidos serán libres y relacionados con el territorio, la historia local, la memoria oral, la demografía o el patrimonio arquitectónico. Los candidatos pueden postularse en el email jornadavinyet@gmail.com.