Barrios de Palma

Can Pesquet, algo más que el 'sueño' de una barriada

Los residentes de Son Sardina reclaman al Ajuntament de Palma que adquiera ese solar para recuperar espacios para la ciudadanía

Imagen de un cartel reclamando espacios públicos en la entrada al aparcamiento público, frente a Can Pesquet | Foto: F.F.

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Es una lucha que los diferentes colectivos sociales de Son Sardina tienen entre manos y que focaliza buena parte sus energías. Recuperar espacios para los vecinos y residentes en la barriada, necesitada de ellos, es la premisa que se han marcado. Y un terreno que puede dar cabida a esa plan es el solar de Can Pesquet, ubicado en pleno Camí Passatemps y que se insta al Ajuntament de Palma a adquirir a una entidad bancaria.

Allí, se podrían instalar el nuevo Casal de Barri, al considerar el actual espacio insuficiente, de la misma manera que el de la biblioteca pública, ubicada en los bajos de una finca. Zonas para los más pequeños y la gente mayor de la barriada podrían tener cabida, de la misma manera que otros servicios como los sanitarios o sociales.

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Esas quejas y reivindicaciones quedan plasmadas en la 'zona cero' de las peticiones. El solar de Can Pesquet, que semanas atrás fue rodeado por más de un centenar de vecinos, habiendo recogido más de mil firmas solicitando ese fin que se persigue. «Exigim espais públics de gestió popular», reza la pintada aparecida en el acceso al aparcamiento ubicado frente a esos terrenos, cuyo vallado aparece lleno de carteles y muestras por escrito y visibles de las peticiones de los vecinos de Son Sardina.

Solar de Can Pesquet, con carteles pidiendo espacios públicos para Son Sardina. Foto: F.F.

La falta de esos espacios públicos «debilita el tejido asociativo y es una reclamación histórica que no ha encontrado ningún tipo de respuesta ni de gobiernos ni de derecha ni de izquierda, más allá de declaraciones vacías», aseguraban en la última protesta realizada ante Can Pesquet, semanas atrás, condicionando incluso esta carencia acciones como las fiestas populares de la barriada.

Pero estas reivindicaciones llegan incluso a otro escenario como la plaza Monseñor Mairata, anexa a la parroquia, siendo propietaria la iglesia, lo que ha generado tiranteces con los vecinos y otros colectivos a la hora de organizar fiestas de la barriada u otros eventos. A la espera de que puedan ver la luz sus peticiones, Son Sardina y su gente no baja los brazos y sigue reivindicando los espacios públicos que necesitan para mantener su esencia.