Barrios de Palma

Es Jonquet, el barrio que lucha por defender su personalidad

El valor y el abandono de parte de su riqueza patrimonial se suma a nuevas problemáticas del calado del alquiler vacacional, el ruido o los okupas

Imagen de viviendas tradicionales del barrio de es Jonquet | Foto: F.F.

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Enclavada en un lugar privilegiado de Palma, la barriada de es Jonquet vive a caballo entre el importante legado patrimonial e histórico del que puede presumir, pese a la deficiente conservación de algunos de esos elementos, y la transformación de su paisaje con la llegada de nuevos residentes, principalmente extranjeros, que han hecho planear la sombra de la gentrificación sobre sus calles, en las que el abandono de algunas de sus tradicionales plantas bajas ha abierto las puertas a otra amenaza muy presente en ese y otros rincones de la capital como es la okupación, que ha aparecido en diferentes episodios, llevando a los propietarios a tomar medidas de precaución.

Ante esa problemática y otras también perennes, como son el ruido de los locales de ocio, especialmente de la vecina Santa Catalina. Un pesar que se traslada con diferentes acciones y con carteles que se reparten por los balcones de algunas de sus viviendas, transformadas algunas de ellas en casas de alquiler vacacional, otro fenómeno que ha aterrizado con fuerza en este barrio marinero que, en los últimos años, ha sufrido una transformación radical.

Restos de uno de los molinos y uno de los que queda en pie. Foto: F.F.

Historia

Los molinos, siete en su origen, que definen a es Jonquet -que han llevado a la consideración de ese entorno como BIC con el rango de conjunto histórico-, de los que quedan cinco en pie, junto a edificios como Els Rentadors, recuperado para sala de exposiciones para artistas locales, y yendo más allá el teatro Mar i Terra, un escenario emblemático dentro de la escena artística y cultural de Palma, son señas de identidad de la barriada, en la que los mallorquines cada vez forman una porción menos importante del escenario demográfico y en la que la tradición de salas de fiesta y oferta de ocio sigue presente, con el consiguiente malestar trasladado por los vecinos de este núcleo de pescadores que recuerda sus orígenes, allá por el siglo XVII (por entonces se documentan tres molinos de viento y de harina ya), para anexionarse a Palma a principios del XIX, con los nombres de muchas del entramado de calles que lo forman.

Pancartas vecinales en el barrio de es Jonquet. Foto: F.F.
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Limpieza

Pese a los esfuerzos y dedicación del personal de Emaya, el incivismo y la falta de respeto al mobiliario urbano son otra de las lacras que persigue a es Jonquet. Grafitis, basura o restos de orina en zonas próximas a locales de ocio son un problema interminable para los vecinos, que demandan más presencia policial, en especial los fines de semana, sin dejar de lado la inseguridad que generan otros temas presentes como los intentos de okupación.

Teatro Mar i Terra, uno de los centros culturales y sociales del barrio. Foto: F.F.

Servicios

Con centros de salud próximos como Santa Catalina o la Casa del Mar, y un singular Casal de Barri ubicado en uno de los molinos mejor conservados, además de contar con el centro de servicios sociales de Ponent y un Museu dels Molins, ubicado en el interior del Molí d’en Garleta y cuyo estado en su fachada, exterior y torre, deja mucho que desear, son algunas de las propuestas que ofrece, junto a sus espectaculares vistas de la bahía y escenarios como el Castell de Bellver o la Seu, inspiración de postales y atractivo a día de hoy todavía para los turistas.

Molino que acoge el Casal de Barri de es Jonquet. Foto: F.F.

La avanzada edad de los vecinos de toda la vida de es Jonquet anticipa esos cambios demográficos y sociales. Plataformas como ‘Salvem es Jonquet’ plasma esas inquietudes que los residentes han trasladado a través de diferentes medios, buscando defender la identidad propia de un barrio singular, patrimonio cultural, histórico y humano de Palma por la historia que le envuelve. En buena parte, por sus siete molinos: los cinco existentes (Molí d’en Celos, Molí de sa Garriguera, Molí d’en Carreres, Molí del Nom de Déu y Molí d’en Garleta), además de los dos que ya desaparecidos: Molí d’en Toni Trossos y Molí d’en Moll, junto a otro de viento dedicado a la extracción de agua.