Ca l’Amo en Pep vuelve a encender el horno de Establiments

La panadería de Establiments reabre hoy como homenaje póstumo a su propietario

Imagen de Joan Company ante la fachada del forn Ca l'amo en Pep en Establiments | Foto: Julián Aguirre

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Esto no es un negocio, es un tema sentimental». Joan Company ha decidido continuar con el legado de su padre, el recientemente fallecido Arnau Company, y hoy reabrirá el horno Ca l’Amo en Pep. Una buena noticia para Establiments y alrededores, que ha visto cómo resurgía este comercio centenario.

«Queremos seguir durante el año y pico que nos queda de contrato de alquiler», dice Joan Company, que después de solventar temas burocráticos, puede seguir con el negocio de su padre. Al frente se quedarán las empleadas que había hasta ahora: Nori Marín, que llevaba 26 años despachando y su hermana Carmen Marín en el horno, «que aprendió de mi padre las mismas recetas. Hace unas ensaimadas de categoría», señala Company. Y ese recetario viene heredado de su propio abuelo, que a su vez cogió las riendas del fundador, Amador Salom. Calculan que se debieron cocer los primeros panes a finales del siglo XIX.

Joan Company trabaja como ingeniero en Baza (Granada). «Estuve toda mi infancia en el horno ayudando a mi padre. Pero soy asmático y alérgico a la harina, y mi padre no quería que siguiera esta vida». El sacrificio fue importante: «De martes a viernes se levantaba a las tres de la mañana, el fin de semana lo hacía a la una de la mañana. Siempre acababa a las tres de la tarde».

Company ahora seguirá apoyando el legado de su padre con la gestión del negocio familiar. Así mantiene vivo el fuego del horno de leña en el que se cuecen panes tradicionales y ensaimadas. «Mi padre decía que prefería que le encontraran muerto en el horno que delante de la tele. Él nos ha dado una buena casa y unos buenos estudios», cuenta Company, que también quiere agradecer a la propietaria del local poder seguir otro año más con el negocio, hasta que finalice el contrato.

«Después, en verano de 2026, ya veremos lo que pasará». Hoy a las siete de la mañana el horno vuelve a abrir sus puertas y Joan sigue investigando en el recetario de su abuelo. «El tanatorio se llenó de gente que quería a mi padre, incluso alguno se ofrecía a hacerse con el horno», afirma. Pero de esto se seguirán encargando desde este viernes Company y las hermanas Marín.