Barrios de Palma

La Gruta, el nuevo espacio residencial que conecta Coll d’en Rabassa y Molinar

La movilidad y la falta de aparcamiento, especialmente en temporada estival, es uno de los grandes hándicaps de una zona con rango de barrio

Una señal avisa de la necesidad de respetar las líneas amarillas en las plazas de estacionamiento | Foto: F.F.

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A caballo entre dos barriadas emblemáticas y conectadas con el mar como son el Molinar y el Coll d’en Rabassa (o Ciudad Jardín), un núcleo de población empezó a crecer de forma exponencial allá por la década de los 90 del pasado siglo hasta, en el presente, prácticamente conectar ambas zonas del litoral de Palma: La Gruta.

Lo que comenzó como un proyecto de urbanización ha acabado siendo una zona residencial con todo tipo de servicios -farmacia, supermercados, tiendas, cafeterías...-, además de contar con un tejido vecinal en el que han unido fuerzas para dar forma a la Asocación de Vecinos La Gruta-Ciudad Jardín, que tiene su punto de encuentro en el Casal de Son Perera, ubicado en el parque que se encuentra en uno de los extremos de La Gruta, pulmón verde de la zona y donde se encuentra una de las variadas zonas y parques infantiles, que dejan patente la importante presencia de familias, parte fundamental del crecimiento de ese rincón de Palma, en el que la presencia de nuevos vecinos llegados de otros países y la gentrificación empieza a asomar, especialmente desde es Molinar, donde los vecinos ya trasladaron esa problemática meses atrás a través de Ultima Hora.

Casal de Barri de Son Perera, en el parque del mismo nombre. Foto: F.F.

Nuevos vecinos

Pero otro perfil de nuevo vecino de la zona que ha crecido notablemente en los últimos tiempos es el de los caravanistas, que instalan sus vehículos de forma fija en La Gruta o la próxima área de Ciudad Jardín, de manera muy especial en la temporada estival, convirtiéndose en otro de los núcleos más llamativos dentro de esta faceta de la crisis habitacional, junto al cercano de Son Güells o el aparcamiento de las piscinas de Son Hugo.

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Todo ello eleva un problema que es notable y comparten con otras barriadas de Palma, como es el de la movilidad y la falta de aparcamiento, más en verano, cuando se eleva la cantidad de residentes y la proximidad de la playa y la primera línea del mar hace que sean más los palmesanos y extranjeros que se acercan a esa zona de la bahía con sus vehículos particulares.

Parque infantil en la plaza de La Gruta. Foto: F.F.

La Gruta y su perímetro llevan tiempo trasladando su preocupación por un tramo de la calle Llucmajor que no puede ser utilizado por los peatones, ya que se encuentra vallado, pese a que la autorización de uso, aseguran, caducó años atrás. Una de las aceras se ha visto invadida por un vallado que obliga a los que proceden o quieren acceder al Molinar a cruzar y moverse por la acera del frente, a lo que ayudan los semáforos próximos pese a la incomodidad que supone.

Tramo de la calle Llucmajor vallado e inaccesible para los peatones. Foto: F.F.

Dotación

Los vecinos de La Gruta cuentan con diferentes puntos de recogida de residuos, además de constante y regular presencia de dotaciones de Emaya, que luchan contra actos de incivismo en el mobiliario urbano. Igualmente, la movilidad se intenta agilizar con actuaciones como la instalación de una estación de BiciPalma, que se suma a la conectividad que ofrece la EMT a través de las líneas que pasan por la calle Llucmajor (18, 27, 28 y 35), la mayor parte procedentes de la zona de la Playa de Palma y permiten llegar al Hospital del Son Llàtzer, teniendo próximo el centro de salud del Coll d’en Rabassa. Las calles Vicari Joaquim Fuster, Llucmajor, La Cala o La Gruta son los ejes de esta zona que no deja escapar la ocasión para pedir más presencia policial.