URBANISMO

Luz verde al derribo del antiguo Cine Nou del Coll d’en Rabassa

Urbanisme concede la licencia para demoler completamente el edificio

El edificio del antiguo Cine Nou o Principal Cinema, que en sus últimos años de vida acogió una bolera | Foto: M. À. Cañellas

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El derribo del antiguo Cine Nou del Coll d’en Rabassa es inminente. Después de que la Comisión de Centro Histórico de Palma diera su visto bueno al proyecto el pasado octubre, ayer Urbanisme concedió la licencia para demoler completamente el edificio, que en sus últimos años de vida acogió una bolera. El presupuesto es de 161.841 euros.

Como adelantó Ultima Hora, la empresa detrás del proyecto es una hotelera madrileña que en la puerta contigua ya comercializa un ‘coliving’: en Internet ofrece habitaciones con baño compartido por 900 euros al mes (aunque el precio pasa a 1.000 euros si el idioma de la página web se cambia a inglés). Con todo, a las preguntas de este periódico la empresa eludió confirmar cuál es su proyecto para el espacio vacío que dejará el derribo del antiguo cine.

Un cine de barrio

Con el derribo desaparecerán los últimos vestigios de un cine de barrio que los más veteranos todavía recuerdan con cariño. Situado en el número 64 de la calle Cardenal Rossell, el Principal Cinema o Cine Nou abrió sus puertas el 13 de diciembre de 1942 con una zarzuela, según recoge el historiador Pere Galiana.

Cuatro días después de la apertura, comenzó a proyectar películas, con los títulos Tatuaje, La culpa es de otro y Riachuelo. El cine ofrecía función los jueves, sábados y domingos. La taquillera era Maria Monserrat Taberner Rigo, María Cabo Loco, y junto a su esposo, Pedro Binimelis Vives, Pedro Torrer, llevaban el bar. El operador de la máquina de proyección era Tomeu Vidal Pol.

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«Se proyectaban interesantes películas de reestreno con otra de complemento y el No-do, a menudo después de haberse proyectado en algún cine de categoría de Palma», rememora Galiana. El Archivo de la Imagen y Sonido del Consell de Mallorca todavía conserva dos folletos que atestiguan esa forma de funcionar: con este formato publicitario se informaba de las películas de la semana en curso y los estrenos de la siguiente, con el cartel del título principal en el reverso.

Por Navidad y por Carnaval se hacían bailes, y en 1948 se organizó una función teatral para recaudar fondos para las campanas de la iglesia parroquial. «El éxito fue tal que se pudieron hacer tres», apunta el historiador.

El cine funcionó durante casi 40 años, convirtiéndose en un rincón destacado de la barriada por la cartelería de películas expuesta en la fachada. En 1982 una entrada costaba 125 pesetas. Dos años más tarde, en marzo de 1984, el cine cerraba sus puertas por la bajada de público, que Galiana relaciona con la creciente oferta de películas por televisión y a la competencia de otros cines. Un vistazo a la hemeroteca permite comprobar que a principios de esa década, en las páginas de cartelera se leían nombres hoy también extintos, como los cines Chaplin, Palacio Avenida, el Cine Versalles, el Lumière, Metropolitan Palace, Bellver Cinema, Miriam Cinema o Nuevo Moderno, entre otros.

Después se instaló en el local una bolera, de la que la fachada todavía conserva un vistoso cartel en vertical. El negocio funcionó hasta 2011, y desde entonces el interior del antiguo Cine Nou ha permanecido vacío.