La triste imagen de un molino de viento a las afueras de Palma

La rueda y restos de las aspas yacen sobre el suelo e inservibles en un solar de Son Malferit, al igual que su cada vez más deteriorada torre

Imagen de la rueda del molino, en pésimo estado frente a la torre

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Pese a los intentos por restaurarlos y mantener vivo una parte del patrimonio agrícola y una de las imágenes icónicas de Mallorca, algunos de los molinos de viento que han resistido al paso del tiempo, especialmente en las afueras de Palma y cerca del Pla de Sant Jordi, no han tenido suerte. Es el caso del ubicado en Son Malferit, frente al campo de fútbol y tras un establecimiento de restauración y otro de servicios.

Allí, escondido de la circulación bulliciosa y permanente por la carretera de Manacor, yace tendida sobre el suelo, oxidada y en visible y preocupante estado de deterioro la rueda de lo que fue un molino de viento emblemático, que durante años ejerció de fondo de muchas fotografías de los partidos de fútbol del Club Esportiu Soledat.

Hoy, entre escombros y maleza, los restos de las pocas aspas que sobreviven parcialmente quedan aferradas a la enorme rueda, oxidada y difícil de recuperar. Todo, a los pies de la torre, cuyo deterioro empieza a ser evidente y avanza con el paso de los años, pese a su proximidad con la vía y al mencionado campo de fútbol, el parque de bomberos o el centro de formación de Son Malferit.

La imagen no es nueva, pero con el paso de los años ha aumentado su impacto en una tierra de molinos como es Mallorca, más ya en el municipio de Palma, dejando patente un abandono que entidades como la Asociación de Amigos de los Molinos o el Consell de Mallorca intentan frenar con diferentes intervenciones y líneas de ayudas.

Por parte del Consell de Mallorca se ha logrado registrar poco más de 3.000 construcciones de este tipo, siendo la mayor parte levantadas durante la segunda mitad del siglo XIX con la finalidad de extraer agua del subsuelo aprovechando la energía generada por el viento. De esta manera, se conseguía regar los terrenos fértiles de diferentes lugares de la Isla, especialmente los del Pla de Sant Jordi, con el Embat como gran aliado.

La mayor concentración de esos molinos de viento, de los que poco más de medio centenar son de propiedad pública, se da en el municipio de Palma (unos 1.050), con la zona del Pla de Sant Jordi como epicentro; tras la capital llegan Campos (629), sa Pobla (298), Muro (180) o Ses Salines (92). Algunos ubicados en terrenos privados, han sido rehabilitados por sus propietarios o bien a raíz de la labor de la Asociación de Amigos de los Molinos o el Consell.

Mientras, en la zona de Son Malferit sigue agonizando lenta y tristemente uno de esos molinos de viento, tal vez de los más próximos al núcleo urbano de Palma. Sus característicos colores verde y blanco han dado paso al bronceado del óxido, dejando perder una de esas piezas que forman, aunque cada vez menos, parte del paisaje de Mallorca, siendo una de las primeras imágenes que tienen los miles de turistas que aterrizan en Son Sant Joan cada año.