Uno de los miembros del colectivo, en las instalaciones del skatepark abandonado. | F.F.

TW
34

El abandono del skatepark de referencia ubicado en la periferia de Palma, cerca del aeropuerto, ha supuesto un duro golpe a nivel deportivo y moral para un colectivo expulsado de una propiedad privada -cuyo dueño les permitía acceder- por un okupa que, además, ha destrozado buena parte de las instalaciones y del sueño del DIT, siglas de 'Do It Yourself', el formato de este tipo de recintos que triunfa en otros países y que los convierte, además de en punto de encuentro, en una puerta abierta para todos los que disfrutan, aman o quieren probar este deporte ahora olímpico.

Por allí han pasado Jaime Mateu -skater isleño que compitió en los Juegos Olímpicos de Tokio 2021- y figuras de calado mundial, «porque Mallorca es un lugar con enorme gancho, un skatepark puede ser un gran reclamo turístico y de imagen», refieren algunos de quienes pusieron en marcha el recinto hoy convertido en un cúmulo de suciedad, escombros y hierbas que no han podido esconder todo lo que con enorme cariño todos ellos levantaron.

Sebas, Tolo y Albert son tres de ellos. Y la historia arrancó hace más o menos seis años, huyendo de lugares conflictivos en los que se encontraban algunas pistas (Parque Wifi, Sa Riera...). Asumieron la filosofía 'Do It Yourself' (Hazlo tú mismo, en inglés) y encontraron en ese solar, de uso agrícola y difícil de vender al estar asfaltado en buena parte, el lugar ideal. Los propietarios no pusieron pegas y, poco a poco, fueron edificando su sueño.

El solar en el que se ubica el skatepark. Foto: F.F.

Con sus manos crearon este skatepark al que venía gente de toda Mallorca. «Y de la Península y del extranjero. Muchos desconocen la importancia de la Isla dentro de este mundo», asegura Albert. Tras la pandemia, se acabó de darle forma, pasando de ser un lugar de reunión de toxicómanos a un escenario en el que convivían skaters y otras actividades de motor o vehículos teledirigidos.

Buscarse la vida fue la solución, toda vez que «las instituciones, pero especialmente los ayuntamientos, no hacían instalaciones. Y los skateparks que se han construido son peligrosos», prosiguen. Allí, convivieron con una familia okupa que vivía en un solar adyacente del que fueron expulsados. «A él (el padre), le dejamos un rincón para estar, le ayudamos incluso a hacer los papeles para escolarizar a sus hijos... y un día, empezó a romperlo todo, nos amenazaba de muerte, se mostraba agresivo con los que pasaban por allí y la gente dejó de ir», rememoran con cierta tristeza.

Noticias relacionadas

Los destrozos son visibles en la actualidad, dejando en mal estado buena parte de las rampas y elementos instalados por los promotores del 'DIY'. Desde entonces, se han visto sin una alternativa, viendo cómo su esfuerzo, trabajo e ilusión restan abandonados en ese solar en el que tantos buenos momentos pasaron con y sin tablas. «Nos ha echado un okupa, no tenemos skateparks en condiciones en Mallorca y los que hay son inseguros», afirman con rotundidad.

Los proyectos que desarrollan algunos municipios, y los skateparks metálicos que instalan buena parte de ellos, «tiene peligro por los remaches. Ya ha pasado que hemos tenido gente que se ha hecho daño. Hace falta diseñarlos con conocimiento y nosotros, por nuestra experiencia y contactos, nos ofrecemos para ayudarles a hacer una pista en condiciones, segura», comentan los portavoces del colectivo. «Lo suyo es que un skate haga el diseño y una empresa especializada lo ejecute», añaden, remarcando que «cogen a la empresa más barata, con gente que no sabe y luego sale lo que sale».

Se muestran decepcionados «porque ningún ayuntamiento de Mallorca se fía de nosotros y en cada pueblo hay skateparks que no se usan o se dejan perder.... Con nuestra ilusión no han podido, seguimos patinando, pero nos preocupan los que vienen por detrás, los niños que no tienen un skatepark mínimamente adecuado», señalan.

Lamentan la falta de instalaciones en Mallorca, especialmente adecuadas y diseñadas para la práctica del skateboarding, unida a la ausencia de compromiso político y desconocimiento por parte de los ayuntamientos o instituciones -señalan al Consell de Mallorca y no se olvidan de la Federación Balear de Patinaje-, siendo «un colectivo latente, con miles de personas y, lo más importante: muchos niños que no tienen un lugar del todo seguro para aprender y practicar este deporte», denuncian, especialmente por el mal uso y el ambiente conflictivo generado en lugares como el Parque Wifi o Sa Riera.

«Los skaters estamos en la calle», apostillan. «Ni somos grafiteros o delincuentes, ni drogadictos. Somos médicos, padres de familia, empresarios, abogados... gente normal a la que nos gusta este deporte, pero no tenemos un lugar como antes -en referencia al 'DIY'-. Ni un skatepark en el que realizar competiciones «y es una oportunidad perdida, porque a Mallorca viene gente de todo el mundo y las grandes marcas se han fijado en la Isla».

Mientras tanto, desde la distancia observan el abandono del skatepark con tristeza e impotentes ante la respuesta de quien fue su compañero en su construcción y ahora autor de unos destrozos que no frenan sus ganas de reivindicar lo que tantos años llevan pidiendo: un lugar para el skate.