El Año Nuevo Chino se ha celebrado este domingo en Palma. | Laura Becerra

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Al cruzar el paifang y pisar el primer adoquín de la calle Nuredduna, con farolillos rojos suspendidos de sus árboles, parecían escucharse los relajantes acordes del guqin, la cítara china, que daban la bienvenida al Little China de Palma. Después de dos años de parón por la pandemia, miles de personas se concentraron este domingo en la nueva calle peatonal para celebrar el festival del Año Nuevo chino, el Año del Conejo de Agua, festejo organizado por la Asociación China de Balears desde 2016 con el fin de divulgar su cultura popular y reivindicar la multiculturalidad.

Aunque la lluvia de la mañana deparaba el peor de los destinos para la fiesta, finalmente el cielo se despejó y este multitudinario festival, que cada vez cuenta con mayor acogida entre los ciudadanos de Palma, se desarrolló sin mayor inconveniente que el frío. Alrededor de las 10.00 horas, con el vistoso baile de los dragones chinos, Pep y Montse, y la tradicional Danza del León, al son de la música de los xeremiers Càndid Trujillo y Tomeu Colom, arrancó este maratoniano festival, que se extendió hasta las 20.30 horas.

En primer lugar, el presidente de Achinib, Fang Ji; el alcalde de Palma, José Hila; la delegada del Gobierno en Balears, Aina Calvo, y el primer secretario del Consulado chino, Zhang Jin, dieron la bienvenida al público y agradecieron su asistencia. Acto seguido comenzaron los espectáculos, una exhibición de las diferentes culturas que conviven en Ciutat, con la participación de una docena de entidades de distintos países.

Bajo la conducción del locutor colombiano Octavio Galeano y la cantante uruguaya Adriana Santana, traducidos en todo momento por Wenli Li y Dan Li, a lo largo de todo el día, en el escenario de la plaza de Pere Garau, el público pudo disfrutar de una gran variedad de espectáculos. Por un lado, los alumnos del centro educativo Huayue se encargaron de mostrar la cultura popular china a través de la música, con canciones como Deitis of Cathasya, Dian Yusi, o Escucha a Mamá, entre muchas otras; el baile, o la moda, en un desfile con los trajes tradicionales de diferentes etnias chinas.   

Asimismo, el público asistente disfrutó también del folclóre uruguayo, chileno, colombiano, búlgaro, ucraniano o malloquín; del claqué de la Academia Conchita Sansó; de la percusión africana, o de numerosas exhibiciones de artes marciales, y otra de flamenco fusionado con taichí.   

Gastronomía

Por otro lado, la gastronomía  ha sido otra de las grandes protagonistas del festival. Los ciudadanos de Palma han podido degustar una selección de recetas y productos típicos de China, poco comunes, como las bolas de masa baozi, huevos hervidos con té negro, majuelas y fresas confitadas, caramelo fundido con forma de animal, hecho a mano al momento, pastel de osmanto, conejo u ostras, bolas de sésamo, bollos fritos, o pasteles de luna cantoneses de semillas, judías rojas o coco. Verdaderos manjares caseros a un precio muy popular, preparados por vecinos y comerciantes de la barriada. También pudieron llevarse una frase o mensaje escrito en tinta china.

Además de todo esto, los más pequeños pudieron participar en talleres, como el del colgante de la fortuna, o en un pintacaras del que salían con la cara de conejo. También pudieron valorar su forma física en un intenso taller de iniciación a la capoeira, a cargo de la academia Topazio Mallorca, o    vibrar con las dinámicas batallas de Kpop. Pero la fiesta no acabó este domingo: durante las dos próximas semanas medio centenar de comercios y restaurantes de la barriada de Pere Garau ofrecerán descuentos y promociones especiales para conmemorar el Año Nuevo.