La calle Sant Miquel ha vivido una transformación en su tejido comercial y apenas quedan negocios tradicionales tras la irrupción de grandes firmas nacionales e internacionales. | M. À. Cañellas

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Son los tres caballos del Apocalipsis del comercio tradicional: la falta de recambio generacional, la subida del alquiler y el incremento imparable de los gastos están mermando las filas del comercio tradicional. Los cierres se van sucediendo uno detrás de otro y no hay tregua para un tejido comercial exhausto tras salir de la COVID. En los últimos meses han caído Percay, La Elegancia, Joies Cande o Quesada, pero también Casa Vilà, Papelería Minerva o Casa Roca, que cerró en 2016 pero ya se conoce el destino de su local y el edificio que lo alberga: apartamentos turísticos.

«Tenemos un claro problema de relevo generacional. No hemos sabido transmitir a la gente joven que este sector también tiene futuro laboral», señala Toni Fuster, presidente de Pimeco. Precisamente en su caso, la falta de sucesores le ha obligado a cerrar la zapatería La Elegancia que abrieron sus abuelos en la calle Sindicat.

«Mucha gente ve más futuro en las carreras universitarias y sin embargo, el comercio puede ser una solución viable para su futuro. Deberíamos trabajar, las instituciones y las patronales, en convencer a los jóvenes de que el comercio puede ser un proyecto de futuro. Al final todo el mundo está estudiando para ser funcionario». En su opinión, «tampoco ayudan los precios de los alquileres, en algunos casos son inalcanzables», aunque pone de ejemplo la calle Missió, «donde los locales son más baratos y está abriendo gente joven».

jmr311PALMA - COMERCIO - La zapatería La Elegancia baja la barrera.Esta zapatería, comercio emblemático ubicado en la calle Sindicat, cerró ayer sus puertas tras 86 años de historia comercial.
La Elegancia, en Sindicat, se despidió por falta de relevo generacional.
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Por su parte, el presidente de Afedeco, Toni Gayà, confirma que «hay más cierres que antes. Muchos comercios no pueden aguantar el incremento de los costes, que se ha multiplicado por dos. Los alquileres han subido, la luz ha duplicado su precio y es más caro el transporte». A todo esto se suma que los comerciantes se están enfrentando ahora a la devolución de los préstamos y créditos para soportar la COVID, «muchos han tenido que aportar el patrimonio familiar para sobrevivir». Gayà confirma que «hay una generación de comerciantes que se están jubilando y a las nuevas generaciones les cuesta adaptarse a los horarios del comercio».

Esta caída en cascada de estas tiendas tradicionales no se circunscribe solo al centro: «En los barrios es igual o aún peor, solo que no se ve tanto el problema», dice Gayà. La compra por internet ahonda la crisis y los alquileres «están subiendo de manera insostenible. Se están actualizando los precios que se bajaron por la COVID y además, se les aplica un extra del IPC. Al final el negocio se va al garete».

PALMA. COMERCIO. El adiós de otro comercio: Percay. La tienda de la calle Constitució cierra el 15 de enero después de la venta del edificio a un grupo inversor austriaco.MAS FOTOS EN LA CARPETA DEL 28-11-2022
Percay cerrará el mes que viene tras la compra del edificio por parte de inversores austriacos.

Aperturas

El regidor de Promoció Econòmica i Ocupació, Jordi Vilà, advierte por su parte que «hay también una presión inmobiliaria por la que la propiedad vale más que la actividad comercial. De ahí que haya una desinversión en pymes». Con los precios de los locales al alza, hay comerciantes que cierran la persiana para obtener rentas. O son los propios empresarios los que se ven obligados a actualizar los alquileres a precio de mercado. La sucesión es, a su parecer, otro de los problemas que asolan al sector. «Sin embargo, están abriendo muchos comercios en Blanquerna», advierte sobre este eje comercial.