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«La idea inicial no era en ningún caso era la compra de la Clau del Regne». Así de contundente se ha mostrado el regidor de Educació i Política Lingüística, Llorenç Carrió, que ha explicado el contenido del informe que señala que esta pieza, que llegó cedida por un joyero de Dallas, no es del siglo XVI sino una recreación del siglo XIX. Carrió señaló que «sin un informe justificativo no se habría traído la pieza» para su estudio.

«Lo importante es exponer esta pieza a la ciudad», aunque no ha podido precisar la fecha exacta. El regidor señala que «nuestra intención al traer la Clau del Regne era, con total transparencia, pedir un informe llevado a cabo por la historiadora Leticia Arbeteta», una de las mayores expertas en joyería antigua, «y a raíz de este informe, establecer una datación de la pieza». El informe está casi cerrado, a la espera de «alguna aclaración».

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«La pieza, en lugar del siglo XVI, es en realidad del siglo XIX. Una recreación histórica que para nosotros era una posibilidad. Es cierto que el resultado no es el que más ilusión nos hacía», explica Carrió. En agosto llegó la pieza, que ha pasado por diferentes exámenes para conocer su origen y su fecha exacta. Diferentes informes de expertos avalaron la necesidad de traer desde Dallas la pieza, la única que está localizada ya que la otra Clau del Regne está en paradero desconocido, y así poder conocer todos los detalles de la misma. «Hasta tres joyeros y dos historiadores de arte han trabajado en el examen de la pieza. Estas personas pueden explicar que se trata de una pieza de oro, hecha a mano. Si bien no es del siglo XVI, sí que es una reivindicación del legado de las Germanies de la ciudad», ha dicho el regidor.

La posibilidad de la compra por parte del Consistorio no se había planteado, explicó Carrió, que añadió que «llegó sin documentación y entonces vinieron todas las dudas. El trabajo del equipo de investigación ha sido muy importante y se ha descubierto que son dieciséis piezas, todas de oro y hechas de manera artesanal». Esta pieza fue subastada por Christie’s, que las vendió el 14 de diciembre del 2000 por 15.275 libras esterlinas. Las Claus pertenecieron antes a la baronesa Batsheva de Rotschild, cuya familia las había comprado al comerciante y banquero mallorquín Gabriel Fuster en el siglo XIX. La Clau se encuentra ahora mismo en dependencias municipales «en un lugar seguro» y se está a la espera de la llegada de la historiadora Leticia Arbeteta para finalizar el informe y presentarlo.