Yuleysi Ramírez y Esperanza Álvarez, empresarias afectadas. | Pilar Pellicer

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Diez días después del incendio de las Galerías Velázquez, junto al Mercat de l’Olivar, se está procediendo al desescombro de los locales que sufrieron graves desperfectos. Algunos de los pocos negocios que aún quedaban en activo en este enclave en horas bajas han tenido que trasladarse para continuar con su actividad y otros lo hacen a medio gas. Es el caso del bar Las Niñas, cuya propietaria, Esperanza Álvarez, ha visto disminuido en un 50 por ciento el aforo del local. Dos de sus tres puertas están bloqueadas y las labores de limpieza y desescombro resultan bastante molestas. «Ahora mismo están retirando todos los trastos que había en el local en el que se originó el incendio», señala Álvarez.

La empresaria siente alivio porque «al menos no hubo daños personales. Las pérdidas materiales se irán recuperando». Los vecinos cuentan que en el local siniestrado había enseres acumulados que podrían haber facilitado la propagación del incendio. Otra de las afectadas es Yuleysi Ramírez, que tenía un negocio de estética en las galerías y también está sufriendo las consecuencias del incendio. Ahora mismo está a la espera de la limpieza del pasaje.

Fuentes del Ajuntament de Palma han señalado que en estos momentos «se ha ordenado el desescombro y la realización de algunas actuaciones. Una vez realizadas podrán abrir». Uno de los negocios que ha tenido que salir de allí a la fuerza es la oficina de Viajes Fama, que ha acelerado su traslado previsto para este noviembre. «La semana pasada pudimos sacar ordenadores, mesas, impresoras y cajoneras con la ayuda de los bomberos», señala Francisco Martínez, director de Viajes Fama, que se ha mudado a la calle Manacor tres meses antes de lo planeado.

Labores de limpieza de las galerías.
Labores de limpieza de las galerías.
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Después de 35 años presentes en Galerías Velázquez, su mudanza ha sido muy abrupta: «Esto era un mini centro comercial. Había tiendas de discos, ropa de bebé y señora, bolsos, zapatos, ópticas, peluquerías, cafeterías y bares, una tienda de colchones de lana... Pero poco a poco se fue deteriorando y los locales se fueron vaciando. Muchos se jubilaron y otros cerraron sin más», cuenta Martínez. La decadencia de las Galerías Velázquez se hacía palpable en el gran número de locales vacíos y la marcha de los pocos que quedaban.

El incendio se produjo el pasado día 10. Foto:Teresa Hernández
El incendio se produjo el pasado día 10. Foto: Teresa Hernández

De capa caída

«Quedaban un par de peluquerías africanas y un locutorio. Un despacho de abogados que se fue en marzo. La verdad es que esta zona está muy de capa caída, la peatonalización nos ha venido mal», cuenta el director de la agencia de viajes, que se lamenta de que «la gente al final opta por irse a los centros comerciales».

El bar Las Niñas, a medio gas.
El bar Las Niñas, a medio gas.

Muy próximo a las Galerías Velázquez están las Galerías de Avingudes, que permanecen cerradas desde hace años. Antes contaban con tiendas de discos y de ropa y luego acogieron un mercado gastronómico, «pero provocó muchas quejas entre los vecinos y al final tuvieron que cerrar», señala Martínez.