El mercadillo de los sábados dejó de celebrarse durante la pandemia y todavía, a pesar de la aparente normalidad, no se ha recuperado. | J. AGUIRRE

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El Ajuntament de Palma ha aparcado el proyecto de trasladar el tradicional mercadillo de los sábados al polígono de Son Morro y apuesta por mantenerlo en su anterior ubicación en SonFusteret, junto a la entrada del polígono de Son Castelló. El principal impulsor de la iniciativa, el exregidor de Promoció Econòmica Rodrigo Romero, fue cesado de su cargo a finales del mes de junio salpicado por unos audios relacionados con el ‘caso Vivas’ y, ahora, el proyecto de traslado se ha paralizado y fuentes del Consistorio aseguran que la intención es recuperar, «cuando se pueda» la antigua ubicación para el rastro ya que, consideran, «es la más adecuada a nivel de accesibilidad, limpieza y control».

Precisamente estos argumentos que utiliza ahora el equipo de gobierno, o más bien la dificultad de garantizar dicha limpieza o facilitar el control y los accesos, fueron los motivos por los que Romero, en colaboración con los placeros, proyectó el cambio de ubicación que ahora se ha abortado. Esta circunstancia dilata, de nuevo, la apertura de un mercadillo que dejó de celebrarse debido a la pandemia y del que dependían unas 250 familias, según Fernando León, representante de los placeros. León muestra su indignación por el veto del Ajuntament al traslado ya que, asegura, «nos gustaba la idea y el espacio era fácil de controlar y de limpiar». El afectado asegura que en Son Fusteret, cuando se celebraba el rastro, «apenas había vigilancia a    partir de la nueve de la mañana y se colaban vendedores piratas sin ningún permisos».

El representante de los vendedores critica que desde que cesaron a Romero «nadie del Ajuntament se ha puesto en contacto con nosotros para comunicarnos nada» y critica que Cort    se «haya plegado a las presiones de alguna de las empresas del polígono de Son Morro que no quería que estuviéramos allí». También    critica que argumenten el tema de la limpieza cuando Son Fusteret no está asfaltado «y los días de lluvia es un desastre» y porque, hasta que se suspendió, «la limpieza no corría a cargo de Emaya y tenían que venir los de Infraestructures». León asegura que Palma es la «única gran ciudad que no ha recuperado el rastro» y que Cort «está demostrando que no «quiere que se celebre».