Alberto Jarabo, en el Centre Flassaders. | Teresa Ayuga

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Alberto Jarabo asume ahora el papel de regidor de Justícia Social, Feminisme, LGBTI y Qualitat, tras el cese y entrega del acta de Sonia Vivas y Rodrigo Romero, que sumió en una crisis al Pacte en el Ajuntament. Esta semana, Claudia Costa y Jordi Vilà han asumido los nuevos cargos y Jarabo hace balance de la legislatura hasta ahora, que toma un nuevo rumbo.

¿Se puede dar ya por cerrada la crisis de Podemos en Cort?
—Se pudo ver en la demostración de alegría en la toma de posesión de los nuevos regidores del pasado martes, con el acompañamiento de los funcionarios que han trabajdo hasta ahora con ellos. Es la demostración de casi euforia que se vivió ese día porque entran en el equipo de Gobierno dos personas con un grado de implicación que he visto en pocas personas.

¿Cómo valora el trabajo de Rodrigo Romero y Sonia Vivas?
—Ahora solo puedo poner en valor su trabajo. En Justícia Social se duplicó el presupuesto para atender a víctimas de género y en Promoció Econòmica se hizo un gran esfuerzo en los bonos comercio. Su trabajo tiene que ser reconocido y las cuestiones personales hay que asumirlas como en cualquier familia.

¿Qué falló con Vivas y Romero?
—Ha faltado comunicación y trabajo en común. Se ha podido aprovechar un excesivo protagonismo para obtener logros pero con estos cambios ganamos en cohesión y estabilidad. [Costa y Vilà] Son dos personas con una capacidad admirada por sus propios equipos.

¿Fue un error poner en la lista de Unidas Podemos a Sonia Vivas?
—Vivas destacó como una adalid de la lucha de personas que siguen siendo maltratadas por la sociedad. Ese reconocimiento lo sigo viendo necesario. Podemos cuestionar algún comportamiento pero hay que alabar su arrojo y valentía. Yo propuse en la lista a Claudia Costa y Jordi Vilà y el partido reconoció otros factores y Vivas fue votada por personas adscritas que asumieron los riesgos. Luego no se respondió a las expectativas. Tengo que agradecer que Vivas dejara el acta en interés del beneficio del colectivo.

En esos días de cruce de polémicos comunicados y audios, ¿creyó que sería el fin de Podemos?
—Somos un partido de garra y transformación. En política se peca de autocomplaciencia.Como partido y grupo municipal tenemos que ejercer por el que aún reclama que lo hagamos. Y hay que ejercerlo de manera correcta.

¿Qué le parecieron los audios en los que Romero le criticaba?
—No me sorprendieron.

Vivas aseguraba que el propio Consistorio le ponía palos en las ruedas para organizar la Palma Pride Week. ¿Fue así?
—El equipo de Gobierno asumió llevar adelante la Palma Pride Week pese a las dudas y muchos cuestionamientos. Todo el mundo trabajó con muchas dudas, a nivel técnico y político, porque considerábamos que no tenía sentido [la Palma Pride] si había entidades que celebraban el día y tenemos que responder como equipo de Gobierno a su celebración. Sin la mirada de estos colectivos las instituciones no haríamos nada. Puedo entender la Madrid Pride Week pero Palma no reclamaba algo así. Por suerte, la rueda de prensa de presentación del evento evidenció que estaban equivocadas en el concepto de ciudad, como colectivo y en cómo lo sentimos como Isla, lo que precipitó la crisis.

¿Cree que sin esas desafortunadas declaraciones de Kristin Hansen ellos seguirían de regidores?
—Había una mayoría de personas que entendían que debíamos aguantar hasta el final de legislatura. Pero el chantaje de Vivas, cuando dijo en el pleno que dimitía si no se celebraba el Pride Week, hizo que muchas personas se replantearan su actitud. Los acuerdos de inicio de legislatura o de partido no se estaban cumpliendo y se lanzaron señales de alarma desdePodemos y Cort.

¿Será el candidato de Podemos a la Alcaldía de Palma?
—Llevo tiempo insistiendo al partido que si nos consideramos impulsores del nuevo feminimo, los hombres debemos dar un paso al lado. Hay muchas mujeres que voluntariamente están en segunda línea que deberían estar en la primera. Es una necesidad.

Ahora que está en Flassaders al frente de una nueva regiduría, ¿cuáles son sus objetivos?
—Es la regiduría de máxima influencia social y política de este Ajuntament. Se necesita recuperar el diálogo con tantas entidades y colectivos... Las prioridades serán otorgar le protagonismo a las entidades y subir los presupuestos para que mejore la calidad de vida de las mujeres.

¿Ya se ha reunido con la entidad Ben Amics?
—Siempre he hablado con ellos. Tatiana Casado y Jan Gómez tienen una implicación inmensa.