El pasado lunes se veían pocos clientes entre los puestos ambulantes de la plaza de Pere Garau. | M. À. Cañellas

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La llegada de la pandemia les supuso un mazazo del que aún no se han recuperado: los propietarios de los puestos de venta ambulante del mercado de Pere Garau tuvieron que separarse de los payeses y ahora venden en días alternos para reducir las aglomeraciones de los clientes. ¿El resultado? Dos años después, el sistema sigue igual pero sus ventas se han desplomado un 95 por ciento. «En agosto de 2020 Cort nos pidió vender por separado de los payeses por seguridad. Han pasado dos años y en el resto de Balears y de España se ha regularizado pero aquí en Pere Garau seguimos igual. Nos han matado: las ventas han bajado hasta el 95 por ciento», dice Enriqueta Truyols, presidenta de la Asociación de Comerciantes Ambulantes de Baleares.

Antes de la COVID, los martes, jueves y sábados los payeses y los vendedores ambulantes de ropa, calzado y otros enseres coincidían en la plaza de Pere Garau. Ahora, los payeses están martes, jueves y sábados y los lunes, miércoles y viernes es el turno de los vendedores ambulantes. «La gente venía a por verdura y fruta y ya de paso compraban unos calcetines. Ahora ya no vienen», se queja Truyols. Los días que hay mercado payés, como ayer, la plaza está a rebosar. El resto de jornadas, están sin clientela. Algunos placeros han dejado de acudir a su cita con Pere Garau porque pierden la ocasión de ir a mercados como el de Llucmajor, Andratx o Manacor, donde tienen aseguradas un mayor número de ventas. Los huecos en la venta ambulante de Pere Garau ya se ven. «Los hay que se han jubilado y otros que dimitieron», advierte Truyols. El que no acude al mercado pierde su puesto.

Los vendedores reclaman volver a compartir días de mercado con los payeses por su efecto imán y se ofrecen a reducir el tamaño de sus puestos. Pese a plantear varias opciones a Cort, no se sienten escuchados. José Bonnín, presidente del Mercat de Pere Garau, señaló que «cuando los payeses y los vendedores ambulantes coincidían funcionaba mejor. En el Ajuntament nos dijeron que la medida sería temporal pero llevamos así dos años. Queremos volver a lo de antes». Tanto Truyols como Bonnín coinciden en que tampoco les ha ayudado la reducción de plazas de aparcamiento en la zona.