Los bloques de viviendas de Son Roca cuentan con una alta densidad de habitantes. | Jaume Morey

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Son Roca está a las puertas de una revolución. En las próximas dos décadas está prevista la construcción de 3.457 viviendas, de las que como mínimo el 51 por ciento serán de protección oficial. Irán ubicadas en grandes solares en Cas Pastors, Can Fontet y Son Ximelis. El nuevo Plan General prevé además un gran corredor verde que conecte con la Falca Verda.

Los vecinos de Son Roca no han acogido mal la propuesta, aunque muestran sus condiciones. «El barrio cuenta con pista de futbito, campo de fútbol, aparatos de gimnasia para gente mayor, un casal de barri con biblioteca, el parque de Son Ximelis y el proyecto socioeducativo Naüm», señala Rosa Gómez, presidenta de la Associació de Veïns Nova Son Roca.

«Hay una gran división social en esta zona», cuenta Eva Planellas, directora técnica de Naüm. Los riesgos sociales de la barriada hacen que se demanden más servicios: un instituto de Educación Secundaria, un aparcamiento, un centro de salud y un centro de día, así como un centro de servicios sociales, ya que «el más próximo está en es Jonquet y el nuevo que se abrirá este año en Son Xigala está a tres kilómetros». También reclaman mejoras urgentes del alcantarillado, con ausencia de red de pluviales, lo que provoca inundaciones.

La barriada se enfrenta a múltiples desafíos. Son Roca cuenta con 2.313 habitantes y una densidad residencial muy alta en unas pocas calles. El barrio se divide entre el más humilde Son Ximelis, el carácter rural de Son Anglada, Son Roqueta conformado por chalets y Son Puig, una zona con unifamiliares de clase media.

Servicios sociales

«De todo el barrio, la zona más deprimida es la de Son Ximelis, un barrio con muchas necesidades y muy pocas peticiones ya que ven a los servicios sociales como una amenaza», cuenta Planellas. Y es que a la alta tasa de paro (ronda el 60 por ciento) se suma al consumo de alcohol o sustancias como el cannabis, así como las dificultades de conciliación por trabajos precarios.

«Hay temor, en parte justificado, a que si entran en casa les quitan los niños. Pero para eso está la prevención comunitaria», afirma Planellas, que explica que hay casos de niños de cinco años solos por la calle. La tasa de natalidad es altísima: hay familias con cuatro e incluso ocho hijos.

El centro Naüm ayuda a estas familias a prevenir y a formar a niños y jóvenes allá donde no llegan sus hogares, caracterizados por su bajo nivel educativo.

Una de las grandes esperanzas de los vecinos es la llegada de un corredor verde. «Está planificado un bulevard hasta Son Moix y un carril bici que llegue hasta Palma. Nuestras alegaciones al Plan General han sido en positivo», explica la presidenta de la asociación vecinal.

Son Roca es el cuarto barrio más vulnerable de Palma por detrás de Son Gotleu, Nou Llevant y La Soledat. La convivencia, pese a las dificultades, es buena y destaca la solidaridad entre vecinos. «En todas las escaleras hay un piso okupado pero no causan problemas. Gente de Son Roca se quedó sin vivienda y la única manera de tener techo es entrar en una propiedad de un banco, pero intentan pagar la comunidad». Los precios del alquiler en el barrio ya han escalado hasta los 800 euros por pisos de 60 metros cuadrados sin reformar.

«Aquí hay gente normal. Si tuvieran trabajo estarían bien», dice Rosa Gómez. Dos crisis encadenadas han hecho mella en sus habitantes y Gómez reclama «ayudas para rehabilitar las fachadas».

Margalida Jordà es coordinadora de Naüm desde hace treinta años. Afirma con orgullo que «tenemos a cinco chicos de Naüm que trabajan con nosotros y tienen títulos universitarios». Un triunfo en la barriada.

Jordà pide wifi público para los vecinos y que el ahora vacío centro Noray, que fue objeto de polémica, se destine a fines sociales. «Hacemos contención y prevención social en el barrio», indica mientras explica que ofrecen formación para procurar más oportunidades a los niños y jóvenes del barrio.

El apunte

De futuro polígono industrial a cubrir la escasez de viviendas

Fuentes de Model de Ciutat señalaron que en todo el conjunto entre Son Moix y Son Roca está previsto un urbanizable que modifica el planeamiento vigente, «que ahora tiene aprobado definitivamente un polígono industrial y de servicios colindante a los barrios de Sa Vileta y Son Xigala-Son Roca».

El Plan General modifica este planteamiento y propone «una transición entre el polígono de Can Valero y sa Vileta y Son Roca, basada en conformar un nuevo ámbito que genere ciudad, con usos mixtos con vivienda, servicios y equipamientos de proximidad que permitan cubrir las necesidades básicas».

Además de cohesionar esta parte de la ciudad y cubrir una parte de las necesidades de vivienda de Palma, «con esta actuación se intenta compensar los déficits que representan el conjunto de barriadas que conforman Son Rapinya, Sa Vileta, Son Roca y Son Moix».