Las galeras tiradas por caballos en Palma como reclamo turístico son uno de los temas principales, si hablamos sobre bienestar y protección animal en clave local. Varias familias dependen de ello, y los colectivos animalistas son especialmente sensibles con esta cuestión. | P. Pellicer

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El Gobierno de coalición de PSOE y Unidas Podemos ha ultimado en estas semanas su proyecto de ley de protección y derechos de los animales, y este miércoles han sido presentadas algunas de sus claves, a través del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030. Poco a poco se conocen detalles del borrador del anteproyecto que va a cambiar el panorama para las mascotas, tanto en la vida privada de los domicilios como en el ámbito público.

Las galeras tiradas por caballos en Palma son uno de los temas principales, si hablamos sobre bienestar y protección animal en clave local. Este reclamo turístico, que con los últimos años ha perdido un cierto fuelle, es cuestionado por algunos sectores de la sociedad, que lo consideran un anacronismo innecesario con connotaciones negativas, especialmente cuando los animales de tiro deben 'trabajar' en su particular temporada alta. Recordemos que la llegada masiva de turistas a la capital balear coincide habitualmente con los meses más calurosos del año.

En este sentido algunas líneas del anteproyecto de ley recogen que quedará prohibido el uso de los animales en espectáculos o actividades que puedan ocasionarles sufrimiento. Asimismo, se prevé vetar la utilización impropia de los animales; se prohíbe someterlos a trabajos inadecuados o excesivos en tiempo o intensidad respecto a sus características y estado de salud.

El anteproyecto cita dos ejemplos directos: el uso de animales de forma ambulante como reclamo, y ejercer la mendicidad valiéndose de ellos. Sin embargo nada dice de las calesas de caballos, presentes en Palma así como en otras capitales de España con un marcado atractivo turístico.

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Fuentes jurídicas consultadas por Ultima Hora consideran prematuro aventurar si las calesas de caballos en Palma se van a ver afectadas por este cambio de ley hasta conocer su letra al detalle. No obstante inciden que la ley estatal propone un marco general superior al de las ordenanzas municipales, aprobadas en cada caso por los consistorios.

A menos que esa actividad conste directamente en un catálogo de servicios prohibidos específico, como sí parece que constarán la mendicidad con animales, el uso ambulante de los mismos como reclamo o su utilización en espectáculos circenses o procesiones y cabalgatas, dependerá de la interpretación que hagan de la norma las autoridades locales.

En este sentido, apuntan que lo esperable sería entablar una negociación con las personas afectadas, siempre con la mirada puesta en minimizar el sufrimiento animal, que es la cuestión de fondo que protagoniza el nuevo marco normativo. Asimismo, la opinión al respecto del centro autonómico balear de protección animal puede ser especialmente vinculante.

Tal y como publicó en su día este periódico, actualmente circulan por Palma 28 galeras repartidas en tres zonas. La mayoría trabajan en los aledaños de la Seu (15 carros) y en la calle Conqueridor (8). Algunas (5) hacen ruta por la zona turística de s'Arenal, la parte más dañada por los efectos negativos de la pandemia de coronavirus en la economía. A todas ellas la crisis les ha llegado: cada viaje lo cobran a 35 euros cuando antes percibían cinco euros más por trayecto.