Bel Font, durante el pregón. | Jaume Morey

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«Palma ha de caminar hacia un modelo más sostenible y todos tenemos que poner de nuestra parte». Este ha sido el mensaje clave del pregón de la Festa de l’Estendard que Bel Font, directora de 6A Galeria d’Art, leyó este miércoles por la tarde en la sala de sesiones de Cort ante un aforo restringido. El concejal de Cultura i Benestar Social, Antoni Noguera, fue el encargado de presentarla. Bajo el título Mirades Cabdals, Font se encomendó en su pregón a un pensamiento: la importancia de saber mirar. Ahí se dejó arrastrar por la nostalgia de sus recuerdos de infancia en la que tuvo «la gran suerte» de vivir la principal fiesta de Palma de la mano de su padre, Miquel, y de su tía Miquela.

Llegados al día de hoy, Font mostró «una mirada de cierta preocupación, un tanto crítica, pero siempre constructiva». Declaró querer que «Mallorca sea tierra de acogida pero también quiero que sea tierra acogedora. Y, puestos a pedir, quiero que sea sostenible», con una población «más concienciada que nunca».

Pero, advirtió, «hemos de comenzar a dejar de mirar solo la chepa del turismo y de la inmigración y mirarnos la nuestra. Exigimos educación y respeto a una parte de los que vienen de fuera, cuando tenemos que ser los primeros en convivir queriendo nuestra isla, nuestra ciudad, y cuidándola con respeto y educación». Más aún, añadió, «no toda la suciedad de nuestras calles, de nuestra Serra de Tramuntana, de nuestras playas ha venido vía cielo o vía mar».

«Si una cosa no nos hemos de cansar nunca -aseveró- es de educar. Y no confiemos únicamente la educación a las escuelas, es una labor que nos toca a todos». «Eduquemos a mantener limpia nuestra ciudad, en el respeto hacia los otros, a favorecer la convivencia, en el camino hacia una ciudad más sostenible». La pregonera finalizó con una «mirada de ilusión y de optimismo, porque sé que somos capaces de generar iniciativas dentro de los parámetros de la exigencia, de la excelencia y de la calidad». Para ello consideró que «la cultura es una de nuestras mejores cartas de presentación» e instó a «mirar y escuchar más a nuestros creadores».

Lamentó que «una mala crisis que padecemos en el mundo la cultura, y que no atendemos como toca, es la crisis del valor, del conocimiento, del saber distinguir lo que es bueno y lo que es malo, lo que nos puede representar y lo que es mejor que no nos represente». Reivindicó que «la cultura, como la educación, se han de dignificar, son elementos diferenciadores y al mismo tiempo puentes unificadores con el resto del mundo». Por eso, concluyó, «la mirada reflexiva es más necesaria que nunca».