El año pasado el servicio acogió a un total de 31 familias, la mayoría de ellas monoparentales.

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Sugey Jiménez nació en Colombia hace 31 años pero desde hace seis años reside en Palma con su hijo de siete años y su pareja. Hace un tiempo las dificultades le llevaron a perder su empleo estable y quedarse en situación de vulnerabilidad. Fue entonces cuando le surgió la posibilidad de acceder al Servei d’Acollida Municipal (SAM) de larga estancia, donde ingresó hace seis meses y que hoy abandona para emprender un nuevo camino después de conseguir un trabajo y haber podido ahorrar.

Esta es una de las historias de éxito de este servicio municipal que presta ayuda a familias vulnerables para que puedan tener recursos propios y vivir en condiciones dignas.

El SAM abrió sus puertas a los medios «porque entendemos que es importante que los ciudadanos sepan que existe, que conozcan el trabajo que se hace y no tengan miedo de acudir a él en caso de necesidad», explicó el concejal de Benestar Social i Cultura, Antoni Noguera.

El edil definió el SAM como «un lugar de segundas oportunidades, un servicio en el que se inicia un proceso de reinserción social para muchas personas», algo que corroboran las cifras ya que, asegura, «el 70 por ciento de las familias que pasan por aquí salen con ingresos y un lugar donde dormir».

Sugey, a pocas horas de abandonar el SAM, solo tiene buenas palabras: «Aquí no te consideran una inmigrante más sino que te tratan como personas y te ayudan a salir adelante».

Además, la atención psicológica y educativa ha logrado que su hijo, que padece autismo, «haya mejorado mucho, porque no hay una inclusión total en las calles y aquí te enseñan a convivir con eso mediante la terapia».

Auxiliar de enfermería en proceso de homologar su título, Sugey destacó de esta experiencia «el trato» recibido por parte de las personas que trabajan en este servicio, «son muy familiares».

Aunque la estancia en el servicio puede ser de hasta un año, ella se marcha antes «porque corres el riesgo de que se te olvide lo que hay fuera en cuanto a responsabilidad». Su perspectiva a partir de ahora es «encaminarme a tener mi propia vivienda».

Noguera explicó que esta semana la Junta de Gobierno ha dado luz verde al inicio del expediente y los pliegos para la nueva contratación de este servicio para los próximos dos años, que contará con un presupuesto de 1,5 millones de euros, 50.000 más que en el actual contrato.

Actualmente, el SAM está gestionado por el Instituto de Trabajo Social y Servicios Sociales (Intress) y tiene capacidad para catorce familias. En estos momentos están ocupados once de los catorce estudios con que cuenta el centro.

En 2020, el servicio acogió a un total de 31 familias, unas cifras muy parecidas a las de 2018 y 2019. De todas ellas, seis eran biparentales y 25, monoparentales. En cuanto al motivo de entrada, el 47 por ciento lo hizo por causas de emergencias sociales, frente al 24 que lo hizo por dificultades económicas y el 29 restante, por conflictos familiares. El SAM tiene dos objetivos: ofrecer a las familias la cobertura de las necesidades básicas (alimentación, alojamiento, higiene personal o ropa) y proporcionar un plan individual de reinserción social.