Imagen de archivo del Cúber el pasado mes de mayo. Los embalses están ahora solo al 29 % de su capacidad. | Redacción Local

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Un tercio del agua del grifo que se bebe en Palma en estos momentos es agua desalada que Emaya ha comprado a la Agència Balear de l’Aigua i la Qualitat Ambiental (Abaqua), dependiente de la Conselleria de Medi Ambient.

Ante el estado de las reservas, tras un año pobre en lluvias, la empresa municipal volvió este verano a comprar agua desalada para poder hacer frente a la demanda. Así, según las cifras aportadas por Emaya, en el mes de julio se compraron 321.138 metros cúbicos de agua, por 71.396,88 euros. En agosto la cifra subió a los 900.529 metros cúbicos, lo que costó 207.000 euros, y en septiembre, hasta el día 19, ya se han comprado 741.410 metros cúbicos de agua desalada, por 170.228 euros. En total, este verano se ha gastado 448.624 euros en casi dos millones de metros cúbicos de agua (1.963,077).

En agosto el agua desalada suponía cerca del 10 % por ciento del suministro de Palma, pero ahora representa ya el 30 %.

La previsión de la empresa es seguir con este ritmo de compra mensual, si bien se aclara que estas previsiones pueden cambiar esta misma semana o en cualquier otro momento del otoño «si llueve, brotan la fuentes y el nivel de los embalses cambiase de forma considerable». 

Emaya ya había realizado a principios de año una reserva de 3,5 millones para la posible compra de agua desalada, de los que 3,2 millones suponen la cuota fija que se paga a Abaqua, un canon anual que se debe abonar se compre agua o no.

La empresa ha destinado hasta 24,3 millones a la compra de agua desalada durante los últimos cinco años.

El año pasado Emaya compró 1,6 millones de metros cúbicos de agua desalada, lo que supuso el 4,75 % de toda el agua suministrada durante el año y un coste de 3,6 millones de euros.

Esta cantidad es bastante pequeña si se compara con los 5,2 millones de metros cúbicos que se compraron en 2019 (un 14,13 % del total y un gasto de 5,3 millones). Un año antes, en 2018, la compra fue de tan solo 547.463 metros cúbicos (apenas el 2 % del total y 3,3 millones de gasto) y en 2017 se compraron 1,5 millones de metros cúbicos (el 4,7 % y una inversión de 3,5 millones).

Pero si nos remontamos a 2016 la situación fue más crítica y se gastaron 8,6 millones en agua.

Casi la mitad de la energía que se consume es adquirida al ‘pool’ sin ningún intermediario

El 43 % de la energía que compra Emaya en la actualidad lo hace directamente al ‘pool’ del mercado eléctrico sin intermediación de otra empresa comercializadora. La empresa municipal se convirtió oficialmente en junio en comercializadora de energía renovable y desde el 1 de julio ya está comprando al ‘pool’ del mercado eléctrico mayorista con la figura de consumidor directo por tres de sus principales consumos: la EDAR 2, los embalses y el pozo de extracción de agua del Pont d’Inca. Estos significan un consumo anual de casi 20 GWh/año, más del 43 % del consumo de Emaya. El resto de consumos se irán incorporando antes de final de año y 125 contadores que ahora se gestionan de forma externa se gestionarán internamente por la comercializadora de Emaya.