El edificio okupado apenas tiene ventanas. | M. À. Cañellas

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Nuevo caso de indefensión vecinal en Palma por la okupación de un inmueble. En este caso se trata del edificio de cuatro alturas ubicado en el número 63 de la calle Manacor, tapiado desde algún tiempo por sus problemas estructurales y que desde el pasado mes de mayo está ocupado por un grupo de personas, en su mayoría de origen marroquí, que desde entonces hacen la vida imposible a los vecinos.

«Un día llegaron y reventaron la verja del local de abajo, que también estaba cerrado, y entraron, a partir de ahí nuestra calidad de vida empeoró de forma importante porque todas las noches ocurre algo, ruidos a cualquier hora de la madrugada, con música a todo volumen, peleas, gritos, cristales que se rompen, basura que lanzan por la ventana, etc.», relata una de las vecinas afectadas que, como es evidente, prefiere mantener el anonimato por temor a posibles represalias.

Robos

A eso, resalta, hay que añadir un aumento de la inseguridad considerable, «porque también hemos visto cómo se han cometido algunos robos en la zona y también me preocupo por mi hija, que es adolescente».

Como también ocurre en estos casos, con frecuencia los vecinos afectados llaman a la policía, que unas veces acude y otras no, pero que al final acaba dándoles siempre la misma respuesta: «que no se puede hacer nada más».

Los propietarios del inmueble, según les consta a estos vecinos, ya han denunciado la okupación pero en tanto se resuelve el caso «parece ser que no queda otra opción que esperar y aguantarse».

Un problema colateral añadido es que «encima ahora que hace tanto calor, y no tenemos aire acondicionado, nos vemos obligados a dormir con las ventanas cerradas si no queremos escuchar todo el ruido», lamenta esta ciudadana.

En definitiva, esta vecina y otros que como ella viven cerca del edificio se encuentran en una situación desesperada y se sienten desamparados. «Esto es un sinvivir», concluye.