Las tropas catalanas irrumpieron por la costa sur de la Isla para ir a topar las defensas de la Madina Mayurqa musulmana. | Redacción Cultura

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Es una de las creencias más extendidas de Mallorca y sin embargo no tiene ningún fundamento científico. Muchos padres le han contado a sus hijos por qué este enclave singular situado entre Palma y Calvià se llama así. Incluso aquellos que no sienten un especial interés por la propia historia han oído contar una versión más o menos similar a la siguiente: una vez un rey pasó por aquí y se paró a comer. Al acabar el almuerzo exclamó «¡qué bien hemos comido!». Y ahí está: el lugar pasó a la posteridad con el nombre de Bendinat, que en castellano sería algo así como ‘biencomido’.

La narración resulta inofensiva, incluso pueril, y a algunos les puede sorprender por su simplicidad. Lo cierto es que el nombre del lugar poco a nada tiene que ver con una buena comilona.

En muchas casas en las que la historia se comparte generación tras generación se identifica a ese rey viajero y hambriento con el propio Rei en Jaume, un auténtico mito para los mallorquines, una especie de héroe nacional tan solo a la altura de otros grandes personajes de la historia. Jaume I el Conqueridor sería, para los mallorquines, un personaje histórico de dimensión parecida al que representan Ragnar Lodbrok en el mundo nórdico o William Wallace en Escocia.

PALMA - ESTATUA DEL REY JAUME I EN LA PLAZA DE ESPAÑA.
Representación de Jaume I a caballo en la plaza de España de Palma. Foto: Jesús García Marín.

No sería del todo descabellado, dada su situación geográfica, pensar que Jaume I recaló en los terrenos que hoy conocemos como Bendinat en su periplo desde la costa calvianera, donde desembarcó el grueso de su escuadra, se produjeron las primeras escaramuzas con la población local, y se avituallaron de víveres en la alquería de la época coincidente con la heredera possessió de sa Porrassa.

Tras abandonar el paraje que actualmente concuerda con Magaluf y de camino hacia la Madina Mayurqa musulmana, la ruta podría haber llevado a las tropas catalanas del rey entre las lomas y colinas que circundan Bendinat. De haberse detenido allí a acampar o a recuperar fuerzas podría haber proferido la emblemática frase. No obstante nada de esto ha quedado acreditado por parte de los estudiosos de la historiografía, y por tanto pertenece más al terreno de la fantasía colectiva que al de la historia.

Para acercarnos de forma más exacta e inequívoca al significado correcto del topónimo de Bendinat acudimos al Diccionari català-valencià-balear, una fuente de primer orden que lo caracteriza como «la alquería situada a pocos kilómetros de Palma, yendo hacia el sudoeste.

En cuanto a su procedencia, la obra que en su día recopilaron los folkloristas y hombres de letras Antoni Maria Alcover y Francesc de Borja Moll recoge que probablemente deriva etimológicamente del término arábigo ‘ibn ḍināt’, que literalmente significa «hijo del imberbe».

Asimismo el diccionario cuyo primer fascículo se publicó hace casi cien años, el 1926, recoge que «la tradición popular mallorquina supone que el Rei en Jaume se detuvo en la mencionada alquería, tras muchas horas sin comer, y allí comió algunos ajos y dijo: Ben dinat!; de esa frase viene el nombre de Bendinat. Esta leyenda es pura fantasía, forjada a partir de un juego de palabras».

Hay todavía otro elemento que da verosimilitud a la leyenda popular: y es que en Bendinat se encuentra un llamativo castillo que ha llegado hasta nuestros días, si bien es cierto que su origen no es medieval.

Se trata de una construcción neogótica, que asemeja el estilo de algunas fortificaciones del centro de Europa, y la mandó construir el marqués de la Romana en el siglo XIX. En sus inmediaciones se encuentra un hotel y un campo de golf, uno de los preferidos por los aficionados de esta práctica deportiva con larga tradición en Mallorca.

CALVIA - VISTA GENERAL DEL CASTILLO DE BENDINAT. MAS FOTOS EN EL DISCO DEL DIA 1-10-2004