Imagen de archivo del vertedero antes de ser cerrado en 2008. | Pere Bota

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La Empresa Municipal de Aguas y Alcantarillado de Palma (Emaya) ocultó a la Conselleria de Salut el informe del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) que constató la contaminación por once metales pesados del acuífero de Son Reus, procedente del vertedero clausurado con 4,7 millones de toneladas de basura.

El informe, realizado por el IGME a petición de Emaya entre los años 2015 a 2019, recomendaba específicamente, por la gravedad de la contaminación detectada, dar traslado del documento a tres administraciones: el Consell de Mallorca, y las conselleries de Medi Ambient y de Salut del Govern.

Tanto el Consell insular como Medi Ambient confirman que sí recibieron el dosier de manos de Emaya a finales de 2019. En cambio, la Conselleria de Salut ha confirmado que nunca recibió el documento.

La recomendación realizada en el informe del IGME se basa en las posibles afectaciones para la salud pública que tiene la presencia de metales pesados en aguas del acuífero.

Según el documento, en el acuífero se han detectado de manera reiterada once metales pesados por encima de los límites de la normativa estatal de aguas de consumo humano: aluminio, arsénico, barrio, cadmio, cobre, hierro, mercurio, manganeso, níquel, plomo y zinc.

En sus conclusiones, que Emaya considera injustificadas, el organismo del Ministerio de Ciencia hace hincapié en las «elevadas concentraciones de arsénico y mercurio detectadas a diferentes profundidades» en dos pozos anexos al vertedero clausurado.

«Ambos elementos son muy tóxicos para la salud humana y no están presentes en altas concentraciones de forma natural en este acuífero, por lo que esta problemática esta asociada directamente con la movilización de lixiviados (fluidos con contaminantes de los residuos) del vertedero», señala el estudio del IGME.

Esta información no fue puesta en conocimiento de la Conselleria de Salud para que evaluara si era preciso tomar medidas de protección de los usuarios de pozos que extraen agua del acuífero o si era preciso informarles.

El estudio declara que la porción de acuífero contaminada bajo el antiguo vertedero de Palma es tan extensa como el municipio de Fornalutx o el de Santa Eugènia. «Toda la zona de estudio está contaminada y, por tanto, cerca de 20 km2 de superficie de manto freático está afectada», afirma.

Sobre el acuífero afectado, existen 1.083 pozos que extraen agua, de acuerdo con los registros de la Conselleria de Medio Ambiente y Territorio del Govern. Casi la mitad (unos 505) se encuentran en la zona sur y sureste del vertedero, que es la dirección hacia la que se desplaza la masa de agua, por lo que son estas extracciones las que podrían verse más afectadas por la presencia de elementos contaminantes.