Tradición. Los placeros están obligados ahora a colocar sus puestos en lunes, miércoles y viernes, cuando toda la vida los habían puesto en martes, jueves y sábado. | Pilar Pellicer

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Los mercaderes de los puestos de ropa del mercado exterior del Mercat municipal de Pere Garau exigen al Ajuntament que les devuelva los días de venta que tenían antes de la pandemia (martes, jueves y sábados) porque llevan meses colocando sus puestos en lunes, miércoles y viernes «pero son días en que las ventas son muy inferiores, sobre todo el lunes, y los ingresos se han visto muy afectados, hasta un 90 % menos», explica Enriqueta Truyol, presidenta de la Asociación Balear de Vendedores Ambulantes de Baleares.

El objetivo de Cort, declara, «era esponjar el mercado exterior para mantener las distancias que requería la pandemia y nosotros provisionalmente lo admitimos porque no quedaba más remedio, no podía haber aglomeraciones, pero todo esto con el tiempo se tiene que ir regularizando. El problema es que parece ser que el Ajuntament no quiere volver a la normalidad».

En efecto, el concejal de Promoció Económica, Rodrigo Romero, afirma que «aún no está decidido si se volverá a la situación anterior, en principio por separado funciona mejor porque se pueden mantener las distancias y la gente puede comprar más comodamente». Por tanto, el edil anuncia que «de momento no habrá cambio, a la espera de que todo se normalice, luego lo evaluaremos». Pero los vendedores no se conforman y ya planear iniciar algún tipo de acción de protesta.

Los placeros, añade Truyol, «estamos dispuestos a ceder parte de los puestos, es decir a que sean más pequeños, y además hay menos, pues antes de la pandemia había 102 puestos de ropa y calzado y ahora mismo solo son 92 (por jubilaciones, excedencias ...), por lo que ya son 10 puestos menos y se han ganado al menos 30 o 40 metros más».

«Queremos volver a los mismos días porque el mercado es tradicional en esos días de la semana, en los que de verdad se hacía mercado y de verdad se hacían ventas. Ahora, los lunes no sirven para nada, ese día no se vende absolutamente nada; el miércoles y viernes algo más, pero muy poco», lamenta la presidenta de los venderores ambulantes.

«Realmente solo están trabajando dos días a la semana y con dos días una familia no puede comer».

Los mercaderes tenían esos días asignados en Pere Garau desde hace 50 o 60 años, por lo que el resto de la semana acudían a otros mercados por la Isla que tienen su tradición en esos días, «los lunes, por ejemplo, iban a Manacor; los miércoles, a Andratx o Sineu, y los viernes, a Llucmajor. Desde el inicio de la crisis sanitaria, en cambio, hemos tenido que dejar esos mercados provisionalmente pidiendo una excedencia».

Exigen volver a la normalidad «como marca el decreto del Govern del 7 de junio y como están haciendo otros muchos mercados en Palma, como los de Son Ferriol, la Vileta, Coll d’en Rabassa, o las Maravillas, siempre respetando las medidas de seguriad, en eso estamos de acuerdo».