Este año se prevé un incremento del turismo urbano en Palma. | ARCHIVO

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Palma se enfrenta a una temporada turística incierta. Desde el Ajuntament advierten que ya cuentan con la experiencia del año pasado y están preparados con «medidas sanitarias y protocolos, tanto el destino como los establecimientos del municipio», señala la regidora de Turisme i Salut, Elena Navarro, que insiste en que Palma es un destino seguro y que esta temporada se conjugará «seguridad sanitaria con la reactivación turística».

De cara a Semana Santa se espera que estén abiertas el 20 por ciento de las 42.000 plazas hoteleras de todo el municipio, de las que 3.770 plazas estarán abiertas en la ciudad y 4.700, en la Platja de Palma. En mayo, cuando se celebre Fitur, de manera presencial «habrá más certidumbre de lo que será la temporada», dice Navarro. Tras el verano se reactivan los congresos. «Ya tenemos reservas para 2022».

Caída

Las pernoctaciones cayeron en picado el año pasado. Tal y como señala la regidora, «en 2019 tuvimos 10 millones de pernoctaciones y el año pasado, 1,5 millones. Supuso una caída del 86 por ciento». Confían en que este año «se inicie la tendencia de la recuperación. Mientras la curva vaya ascendiendo...», señala Navarro. Por su parte, Pedro Homar, director de la Fundació Palma 365, advierte que la reciente feria «ITB virtual la hemos visto con mucho optimismo y ganas de poder viajar. Se tienen que dar los condicionantes que permitan viajar, que haya medidas de seguridad sanitaria y la aprobación del certificado sanitario».

Aún así, advierten que «no llegaremos a los niveles de 2019 y tardaremos años en volver a esos registros. La feria nos ha dejado muchas señales de los cambios turísticos. Se modifican los hábitos de viaje y y han surgido competidores como el turismo de interior. Alemanes, daneses o británicos están conociendo sus países. Aunque sus infraestructuras no están tan preparadas como las nuestras», añade Homar.

Desde Turisme apuestan por «reinventarse en mercados secundarios, con actividades al aire libre». Homar advierte que en las nuevas campañas de publicidad «ya no se puede apostar por la cantidad. El turismo pide ahora menos masificación, espacios al aire libre, sostenibilidad...». Y las vacaciones de 2021 serán en núcleos pequeños seguros.
Navarro añade que esta apuesta «por la calidad no significa que se busque el alto poder adquisitivo, sino al turista más responsable y sostenible. No solo en la ecología sino en lo social».

La pandemia supondrá «distribuir mejor a los turistas. Tenemos la tecnología y las herramientas. La ‘app’ Playas Seguras nos ayudó en 2020 y ahora preparamos un plan más ambicioso que alerte si hay saturación». El objetivo es descongestionar el centro. «El control de aforo ha venido para quedarse», señala Homar. La aglomeración de turistas en determinadas zonas de Palma será cosa del pasado.