Cort ha rectificado y ha tenido que cambiar las señales. | Julio Bastida

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El Ajuntament de Palma reconoce su error y rectifica. En los últimos días, los paneles informativos que informaban de la limitación de velocidad a 30 kilómetros por hora en las entradas a la capital balear han sido modificados y sustituidos por un círculo de color negro en lugar del rojo que se había instalado de forma inicial.

Desde el área de Movilidad de Cort habían instalado señales informativas con la velocidad máxima de 30 km/h rodeado de un círculo rojo (prohibición) en tramos cuya velocidad máxima es de 50 o de 60 kilómetros por hora. De hecho, frente al Palacio de Congresos o cerca del cementerio de Palma han instalado dos señales que se contradicen entre ellas. Por ese motivo, desde el Ayuntamiento se ordenó modificar los paneles. Aún así, la confusión, caos e indignación entre los conductores es mayúscula.

El Consistorio palmesano ha instalado 33 paneles informativos en los principales accesos a la ciudad y anuncia que se instalarán 900 señales de tráfico en las 190 vías en las que se mantiene la velocidad a 40 o 50 kilómetros, tiempo durante el que se mantendrá cierta flexibilidad.

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De forma paralela, para controlar que los conductores cumplan con las nuevas medidas establecidas el Ajuntament de Palma ha aprobado un decreto que autoriza la instalación, en próximos días, de cinco radares para el control de velocidad. El objetivo es el control de la limitación de la velocidad de circulación a 30 kilómetros por hora en el 90 % de las calles de Palma o a 40 o 50 kilómetros por hora en otras vías. Cort instalará a partir del próximo enero cinco radares de control de la velocidad del tráfico que se sumarán a los seis ya existentes para reforzar la prohibición de circular a más de 30 kilómetros por hora en la mayoría de las calles de la ciudad.

Los nuevos radares se instalarán en la esquina de las calles Pascual Ribot y Félix Escobar, en el número 350 de Aragón, en la esquina de Camí dels Reis con Sevilla, en el 32 de Pompeu Fabra y en el 28 de Manuel Azaña.

La indignación de los conductores no se ha hecho esperar y son muchos que ven en todo esto un afán recaudatorio por parte de Cort ante la caída de ingresos generados por la COVID-19.