Miguel Daniel y Carmen Angeló, dueños de PalmaBall. | Teresa Ayuga

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Alrededor de ocho empresarios del polígono Son Castelló, en concreto de un pasaje particular de la calle Gremi de Sabaters, llevan meses denunciando al Ajuntament de Palma el botellón y el incivismo que encuentran cada mañana al abrir los negocios, algo que, cuentan, «se ha intensificado más desde que empezó la pandemia. Estamos desesperados».

Carmen Angeló y su marido, Miguel Daniel, son propietarios de una escuela de baile ubicada en el pasaje privado que comparten con otros negocios. Angeló habla en nombre de los otros empresarios y asegura que a partir del martes noche es cuando empiezan a reunirse «hasta 150 jóvenes para hacer botellón. Al día siguiente, por la mañana, vemos suciedad, botellas vacías y hasta condones tirados por el suelo. El fin de semana es cuando se intensifican estas quedadas entre las doce y la una de la madrugada», critica la mujer, que lleva nueve años regentando el negocio en este polígono.

La calle Gremi Sabaters, que forma parte de un pasaje particular del polígono de Son Castelló, amanece casi cada mañana, desde hace un año, llena de suciedad por las constantes quedadas de jóvenes. Fotos: M. DANIEL

Firmas

Ante la desesperación diaria de los propietarios, Angeló cuenta que recogieron firmas para pedir al alcalde de Palma una solución. «Emaya no viene a limpiar al considerarse un pasaje privado. De hecho, este fin de semana fui a interponer otra denuncia porque nos encontramos heces y pipí por todo. Di el aviso a Emaya y se negaron rotundamente y justificaron que no era una urgencia. Los propios vecinos nos exponemos cada vez que limpiamos la suciedad. Es indignante», lamenta, y recuerda que son muchas las empresas que han tenido que cerrar por la crisis sanitaria. «No entendemos cómo los cuerpos policiales permiten que continúen haciendo botellón, sin mascarilla y sin guardar distancia con la que está cayendo».

Son muchos los parques, polígonos o descampados que cada noche reciben a jóvenes con ganas de fiesta. El parque de ocio canino de Son Fuster ha sido uno de los último en introducirse en esta lista, donde no deja de sonar la música de los coches aparcados allí a altas horas de la noche, han asegurado algunos vecinos. Por ejemplo, en el parque Wifi la Policía de Palma ha levantado 600 actas por distintas infracciones en lo que va de año. Los vecinos denuncian incumplimientos como generación de ruidos o botellones, entre otros motivos. Con la nueva medida de cerrar los parques de noche se intenta controlar la afluencia de personas en los parques.

Cort suma cerca de mil actas levantadas por botellón en lo que va de año

El Ajuntament de Palma ha contabilizado cerca de 1.000 actas levantadas por casos de botellón (deterioro leve de la tranquilidad del entorno) en lo que va de año, según la última información de la institución y de acuerdo a la Ordenanza reguladora del uso cívico de los espacios públicos (Orucep).

En concreto, y en relación a estos últimos meses, se interpusieron 133 actas en junio; 135 en julio y 97 actas, por este mismo deterioro, en agosto.